La peatonalización de Francisco Grandmontagne y de la plaza Roma ha supuesto un esperado lavado de cara para una parte de Gamonal, pero también ha puesto en evidencia y subrayado el enorme deterioro urbanístico y estético que padece la calle Vitoria, eterna aspirante a un bulevar digno, la principal arteria del barrio y también de la ciudad y cuyas desastrosas aceras son las más utilizadas de Burgos.
Un dato pone en evidencia el contraste:en Grandmontagne y Roma, que lucen impolutos con su nueva estética y sin coches, los locales comerciales están ocupados y activos, mientras en la calle Vitoria, en el tramo desde la glorieta de Logroño al pueblo antiguo de Gamonal, hay, al menos, 23 antiguos comercios con los carteles de 'se alquila' o 'se vende'.
La imagen para los que acceden a la ciudad por esta vía, la antigua N-1, es deplorable. Tras la mayoría de las persianas echadas hay una acumulación ingente de basuras; los muros de los antiguos comercios, papelerías, bares, restaurantes, tiendas de alimentación, entidades financieras... están llenos de pintadas o de carteles de todo tipo, incluidos los de los candidatos a las últimas elecciones generales.
El abandono es absoluto y la esperanza de un alquiler o una compra se antojan imposibles con ese aspecto exterior.
Hay hasta seis tipos diferentes de baldosas en las aceras, parcheadas una y otra vez a lo largo de los años para introducir las diferentes canalizaciones. No se ha respetado la uniformidad ni tampoco los niveles y acabados. Hay aceras inclinadas, baldosas sueltas, resquebrajadas, mugrientas...
Los árboles han desaparecido de la mayoría de los alcorques, que se han reconvertido en ceniceros gigantes, en papeleras improvisadas de clínex y en un peligroso bache para las numerosas personas mayores que utilizan estas aceras.
(Más información en la edición en papel de hoy de Diario de Burgos)