Los primeros equipos de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac) llegaron ayer a la parcela agrícola en la que el pasado miércoles se estrelló la avioneta de FlyBy en la que viajaban una alumna alemana de 20 años, que perdió la vida en el acto, y su instructor bangladesí, que permanece ingresado en el HUBU en estado grave. Este órgano dependiente del Ministerio de Transporte será el encargado de esclarecer las causas del trágico accidente. La escuela de pilotos de Burgos, que ayer continuó sin actividad aérea, facilitó toda la información a su alcance, la cual también trasmitieron a las familias. Los primeros datos recogidos a través de georadares y comunicaciones muestran cómo la aeronave perdió altura muy rápido y a partir de ahí comenzaron a pasar cosas «raras» hasta el fatal desenlace.
Poco o nada se puede saber de las causas apenas dos días después de producirse el siniestro en Abia de las Torres (Palencia). Desde FlyBy insisten en que hay que esperar a los informes definitivos de la investigación para saber qué le ocurrió a la Tecnam 2008JC antes de estrellarse. Huyen, además, de posibles hipótesis que se han barajado (y aún se barajan), como la posibilidad de que el desencadenante fuera el choque contra un ave.
Las referencias facilitadas por los radares que rastrearon el vuelo del FBY27B dejan clara una certeza: algo súbito tuvo que pasar en mitad de la ruta de navegación que realizaba la avioneta en la que viajaban Stella Wonschik, de 20 años, y su instructor, Ashif Forhad, de 32. Según la información consultada por este periódico, y confirmada por la escuela de pilotos, salieron a las 9:40 de Villafría, tomaron rumbo este en Villayerno Morquillas y mantuvieron una altitud de unos 5.400 pies y una velocidad aproximada de 100 nudos. Llegaron hasta Melgar y viraron hacia el sur, todo como estaba previsto. Pero ahí comenzaron los problemas.
Sobre las 10:05 horas la avioneta pasó de los 5.400 a los 2.600 pies y la velocidad también se redujo considerablemente (...).
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