El servicio de transporte público de Aranda de Duero se acerca por fin a las cifras de viajeros que había antes de que estallara la pandemia de coronavirus. En 2023, con la flota de autobuses urbanos renovada al completo, se contabilizaron un total de 101.380 usuarios, lo que representa un aumento del 32,5% respecto a 2022, que terminó con 76.538 viajeros. A pesar de este considerable incremento en la capital ribereña, la diferencia con Miranda de Ebro, una ciudad similar en cuanto a población, resulta notoria. Allí, la empresa que gestiona este mismo servicio registró alrededor de 422.000 viajeros a lo largo de 2023. Es decir, cuatro veces más. En 2022, la proporción fue incluso mayor: 348.000 usuarios frente a los 76.538 que hubo en Aranda.
Entre las causas que explican semejante abismo se encuentra el hecho de que en la ciudad del Ebro su hospital se ubica a unos cinco kilómetros de distancia del centro, lo que hace que muchos mirandeses opten por el autobús urbano en su día a día para acudir al centro médico. A ello se suma que varios colegios también se hallan a las afueras de Miranda, así como uno de sus polideportivos. Sin embargo, en Aranda estos servicios, especialmente el hospital, se sitúan cerca de la mayoría de barrios.
En lo que respecta al precio, las diferencias resultan mínimas. Cierto es que en Miranda de Ebro, con 36.251 habitantes, cuentan con una bonificación que supone un 50% de descuento en los abonos (el 60% lo financia el Gobierno y el 40% el Ayuntamiento). Mientras, en Aranda, con 33.626 vecinos, su Consistorio no aplica estas subvenciones. Ahora bien, los abonos se venden por precios asequibles: estudiantes, jubilados, desempleados y personas con discapacidad pagan cinco euros al mes, frente a los 12 euros de las familias numerosas.
La empresa adjudicataria del servicio en Aranda también expide bonos de 25 viajes por 20 euros, que en el caso de los estudiantes y familias numerosas se quedan en 15,75 euros, mientras que los jubilados sólo abonan 8 euros. En el caso de las tarifas de Miranda, los estudiantes pagan 10,40 euros por 40 viajes mientras que los bonos de 20 trayectos cuestan 8 euros. Finalmente, el billete sencillo en Aranda asciende a 0,95 euros frente a los 1,05 euros de Miranda de Ebro.
Al alza. Más allá de la diferencia entre ciudades, lo cierto es que el balance de 2023 en la capital ribereña arroja mejores cifras que en 2022 y también supera los registros de 2021, que acabó con 78.448 usuarios, y de 2020, con 62.608. El mes con más flujo fue noviembre con 10.839 viajeros (frente a 43.518 en Miranda), seguido de mayo con 10.462 y de octubre con otros 10.171. En el lado contrario se sitúan julio con 5.990 y agosto con 6.539. No obstante, pese a que el uso del bus urbano va a más con el paso del tiempo, aún no se han igualado las cifras previas a la crisis del covid: en 2019, se contabilizaron un total de 108.433 viajeros.