El grado de Enfermería este año ha recibido 4.590 preinscripciones en la Universidad de Burgos. Se ofertan un total de 85 plazas. Con lo cual, son muchos los aspirantes que cada año se tienen que quedar fuera de esta carrera. Es el caso de Patricia Ibáñez y Emma Fernández. Ambas han repetido la selectividad para tratar de conseguir la nota necesaria para poder cursar la titulación que se ajustaba a sus expectativas. Pero Enfermería no es la única que lleva a explorar otras vías. En el caso de Diana Pérez lo ha hecho para conseguir una plaza en Odontología.
Para repetir la EBAU las tres han tenido que orientarse a un Grado Superior en el que poder avanzar en su formación y a la vez conocer conceptos relacionados con la salud. Ibáñez y Fernández se matricularon en el grado de Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear. «Gracias a ese paso hemos cogido experiencia y aprendido cosas nuevas que, una persona que entra de cero a la carrera probablemente no sepa. Ayuda mucho».
En su primera tentativa a la hora de realizar la prueba de acceso a la universidad, hace dos años, no lograron la nota requerida. Pero su perseverancia las hizo poner en el punto de mira una segunda oportunidad. «La segunda vez vas más tranquila, porque ya sabes lo que hay. Además puedes organizarte mejor y estudiar de otra manera».
Aún así, al no hacer este segundo intento desde Bachillerato, se han tenido que buscar la vida para estar al tanto del temario. «Hemos cogido un profesor particular para que no se nos olvidaran las cosas, al final viene bien que alguien te oriente y te guíe». Añaden a su vez que han tenido más tiempo para poder preparar el examen. «Cuando terminas Bachillerato tienes dos semanas para estudiar, de esta otra forma hemos tenido un mes o incluso dos».
También ha cambiado el número de asignaturas a las que han tenido que hacer frente. Después del Grado Superior ya no hace falta presentarse a las seis pruebas. «Únicamente hemos hecho biología y química, que son dos optativas». Con ambas se puede optar a un máximo de cuatro puntos, y los otros diez los completan las calificaciones del ciclo formativo.
Esto también conlleva otro punto de tranquilidad, puesto que no es lo mismo tener que preparar cuatro troncales y dos específicas, que las dos últimas. «Cambia la presión. Además al tener una en un día y otra en otro puedes aprovechar la tarde para repasar, cosa que si tienes tres exámenes en primer día es imposible».
Una vez se vieron con la nota de la primera vez que hicieron la selectividad, ambas se plantearon caminos alternativos llegando incluso a verse en otras carreras. Pero al final la vocación ha hecho que persiguieran su sueño. El pasado miércoles recibieron la noticia de que habían entrado por fin en Enfermería después de dos años, aunque no niegan que ahora, después de los esfuerzos «tenemos miedo a que no nos guste».
Otro caso que ha seguido la misma hoja de ruta pero con distinto destino es el de Diana Pérez. Su objetivo era cursar Odontología y tras un primer intento fallido decidió apostar por hacer el Grado Superior de Higiene Bucodental. «Me costó tomar la decisión», comenta, pero tras estudiarlo y enfrentarse otra vez a la EBAU, también ha conseguido su objetivo de entrar.
Como Ibáñez y Fernández, también encontró más fácil la preparación para la prueba, pero apunta que «el proceso ha sido duro porque veía que todos mis amigos estaban ya en la universidad». Su método para estar preparada fue hacer exámenes de años anteriores y gracias a eso puede contar que este curso que viene iniciará los estudios por los que ha peleado. Los ritmos han sido otros, pero el resultado ha llegado.