La dirección del HUBU ha decidido restringir al máximo la actividad quirúrgica en Neurocirugía y en Oftalmología para ingresar al menor número posible de pacientes en su planta de hospitalización (la cuarta del bloque H), en la que dos de sus sanitarios han dado positivo en coronavirus. Las autoridades sanitarias localizaron ayer a los posibles contactos de estos trabajadores y les recomendaron aislamiento en casa y vigilancia de síntomas, para hacer otro tanto con su entorno y evitar la propagación del  SARS-CoV-2, que provoca una enfermedad en las vías respiratorias (COVID-19) que cursa con diversos grados de gravedad en función de la edad del afectado y de sus patologías de base.

Esta planta no es la única en la que hay personal sanitario en aislamiento, sucede lo mismo en otros servicios con exposición al virus por su propia actividad, como es el caso de Urgencias o de Neumología: seis en el primer caso y uno en el segundo. A todos ellos se les ha pedido lo mismo: que informen de su cadena de contactos y de su sintomatología para seguir conteniendo el virus.

Sin embargo, el hecho de que haya profesionales obligados a hacer cuarentena tiene repercusiones en la actividad del hospital. Urgencias tenía un déficit de profesionales muy importante antes de que comenzara la epidemia, por lo que ahora la situación se agrava.

Y en lo relativo a Neurocirugía y Oftalmología, la reducción de actividad y el aislamiento de los profesionales -que se espera vaya en aumento en los próximos días- repercutirá de forma directa en la lista de espera quirúrgica de estos dos servicios que, según datos oficiales, a finales del pasado diciembre tenían 388 pacientes pendientes de entrar en quirófano (143 de Neurocirugía y 245 de Oftalmología, siempre según Sacyl).

(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)