El objetivo tras las dos campañas iniciales, en esta tercera, era localizar la cámara del túmulo o dolmen conocido como de La Horquilla, el menor de los documentados hasta ahora en el municipio de Sargentes de la Lora, y el equipo de excavaciones lo ha conseguido en la primera fase que terminó la semana pasada, a la espera de retomar los trabajos en el mes de septiembre.
En estos días, los arqueólogos han logrado acceder a la cámara del dolmen y localizar, debajo de dos grandes losas, los cráneos de dos personas y restos de varios animales, «todo destrozado, muy revuelto y esparcido, dando de la impresión de que hasta este lugar han accedido intrusos», apunta la directora de las excavaciones, Ángelica Santa Cruz, quien también muestra su extrañeza por que en esta cámara funeraria apenas han encontrado material arqueológico propio de este tipo de yacimientos.
No hay cerámica, sílex, piedras o cuentas de collar, objetos preciosos o joyas, algo habitual en los ajuares de estas cámaras, lo que hace pensar que en algún momento, probablemente, ha sido visitado por intrusos que se han llevado este material. Por lo que respecta a los hallazgos localizados estos días, en principio datados en el Neolíticos, es decir 3.500 años antes de Cristo, se trata de dos cráneos humanos que «estaban, probablemente, en la posición original, bastante estropeados», afirma Santa Cruz, y restos de animales, una mandíbula y dientes, de una mamífero ungulado, que podía estar relacionados con algún ritual de inhumación o funerario, apunta la directora de unas excavaciones.
El dolmen de La Horquilla, que estaba bastante destrozado, es de los considerados sencillos porque no tiene pasillo. - Foto: DB«Salvo sorpesas, la intención que tenemos, después de tres campañas y a la vista de los resultados obtenidos esos días, es dar por finalizada la intervención en este dolmen, que hay que recordar es el más pequeño del municipio», afirma San Cruz, quien califica de «muy positiva» esta primera fase de la campaña de excavaciones.
Las excavaciones en este dolmen comenzaron en 2020 y sirvieron para confirmar la condición de tumba de La Horquilla al descubrir restos óseos, como dientes y huesos, además de algunos elementos materiales que remontaban el túmulo al final de Neolítico. En la segunda campaña, la de 2021, el proyecto se centró en ahondar en la tipología constructiva y estructura del mismo y sirvió para confirma la inexistencia de un corredor, una de las características más representativas de los grandes dólmenes que tienen pasillo de la zona.
En la campaña proyectada para este año, una vez localizada la cámara, la pretensión es conocer en la medida de lo posible los rasgos característicos de la sociedad que habitaba en aquel momento el entorno de La Horquilla y para ello se ha procedido a sacar el contenido de la cámara, que no es muy grande y no está muy bien definida, para continuar posteriormente con los estudios en el laboratorio.
Sociedad. Aunque este dolmen no es tan grande como los de La Cabaña y Las Arnillas, sí aporta conocimientos para hacer conjeturas respecto a la sociedad que habitó esos parajes en el Neolítico, caracterizada por no ser demasiado jerarquizada, pero sí con algún tipo de estatus en función de la edad y el sexo, porque suele haber una mayoría de hombres y adultos, «lo que nos hablaría de algún tipo de rango mayor dentro de esa sociedad», apunta Santa Cruz.
La directora de las excavaciones también señala que los estudios realizados de los dólmenes más grandes de Las Loras ponen de manifiesto que fueron utilizados en épocas posteriores, e incluso, más modernas y los simples, como La Horquilla, no parece que se volvieran a utilizar después.