Han pasado ya dos décadas desde que en el año 2004 se anunciara la reforma integral de la ya entonces desmejorada manzana de plaza Vega. En diciembre de aquel año se demolían los números 12, 14 y 16 y el controvertido proceso de transformación urbanística parecía entrar en su recta final con el derribo, a finales de 2009, del último edificio que aún quedaba en pie.
Nada más lejos de la realidad. Los envejecidos inmuebles dieron paso a un solar en pleno corazón del centro histórico, a un paso de la Catedral y del Espolón, que permanece desde entonces abandonado por el desinterés de sus propietarios y por un cúmulo de fatalidades que han dificultado cualquier desarrollo. Ante esta situación, el equipo de Gobierno ha sondeado la posibilidad de que sea el Ayuntamiento el que se haga con el céntrico solar con la idea de levantar allí un edificio que pudiera acoger diversos servicios municipales.
De momento es solo una idea pero también es cierto que es una hipótesis que está encima de la mesa y con posibilidades de hacerse realidad si existe voluntad política por llevarla a buen término. En este caso, se unen dos factores que hacen que el Ayuntamiento mire con buenos ojos una operación de este tipo.
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