Hace años que toda España registra incremento de enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea, la sífilis o la infección por clamidia, pero la pandemia supuso un antes y un después: tras un ligero descenso provocado por el confinamiento domiciliario estricto las incidencias se dispararon. Y hasta tal punto hay incremento de patologías venéreas que ginecólogos y expertos en salud pública ya hablan de «epidemia silenciosa». Y en Burgos, al parecer, más que en el resto de la Comunidad: registra el mayor incremento de las tasas de gonorrea de las nueve provincias, mientras que en clamidiasis y sífilis solo lo supera Soria, pero partía de unas cifras tan bajas que cualquier aumento es desmesurado.
Los datos facilitados por la Consejería de Sanidad evidencian que el mayor incremento de casos se produce en personas jóvenes, sobre todo hombres, de entre 20 y 30 años y, según ginecólogos y expertos en salud pública, la causa es multifactorial: ausencia de preservativo en las relaciones sexuales (o se usa mal), falta de educación sexual, pérdida del miedo a enfermedades como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), banalización de los riesgos de una infección de transmisión sexual...
Salvo en lo relativo al VIH, cuya incidencia en Burgos está estabilizada desde hace años en torno a los 21 casos anuales, en las demás enfermedades se considera que las tasas están disparadas. Y así se evidencia en los datos oficiales.
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