A mediados de mayo la alcaldesa exigía a Patrimonio Nacional que expresara su compromiso de seguir cediendo el Parral a la ciudad para la celebración del Curpillos una vez acabadas las obras en el emblemático parque de la zona de San Amaro. Sin embargo, la buena acogida que tuvo la jira en la Quinta entre los burgaleses ha hecho que Cristina Ayala se plantee ahora un cambio definitivo de la fiesta a esta última ubicación. Da por descontado que en 2025 tendrá lugar de nuevo junto al Plantío, al otro lado del río, porque así se puso de manifiesto en la última reunión mantenida con Patrimonio Nacional para hablar del calendario de los trabajos en el Parral.
Además, la regidora municipal no se engaña ni quiere engañar a los ciudadanos. Aunque el periodo de ejecución de la reforma de dicho parque es de un año, no confía en que termine a tiempo, porque «qué obra pública concluye en plazo», se pregunta retóricamente.
A partir de 2026 «ya se verá», afirma, pero de sus palabras se intuye que su deseo es que la jira se quede en la Quinta. Y es que fue un éxito. Baste un dato para poner de manifiesto el grado de aceptación que tuvo el nuevo emplazamiento entre los burgaleses. Fueron batidos todos los récords de asistencia, con picos que alcanzaron las 35.000 personas, según la información recogida por los Bomberos, que fueron quienes se encargaron del plan de seguridad. Y lo normal, según Ayala, son unas cifras de 25.000.
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