El control de palomas en Aranda supera las 12.000 capturas

I.M.L. / Aranda
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La empresa que presta este servicio no ha actuado con otras aves, como los estorninos o la torcaz, porque no están incluidos en un contrato que, tras 4 años, está a punto de expirar

Las aves entran en la jaula donde tienen comida y agua, y ya no pueden salir. - Foto: I.M.L.

El servicio de control de aves en la capital ribereña ha conseguido capturar más de 12.000 ejemplares de paloma común en los cuatro años que lleva trabajando en la ciudad para evitar la excesiva proliferación de estas aves y, por lo tanto, los problemas de ruido y suciedad que traen consigo. Una labor que se ha desarrollado colocando más de 15 jaulas repartidas por Aranda, en distintas azoteas y zonas elevadas, donde las palomas entran por la comida y el agua, pero que una vez dentro no pueden salir. Los técnicos de la empresa acuden de forma regular a comprobar las capturas y se llevan a los ejemplares para dejarlos en libertad lejos.

Este contrato, que tenía una duración de cuatro años, está a punto de terminar. Las estadísticas de capturas son muy dispares y se han ido reduciendo con el paso de los meses. En el primer año de actuación, 2020, se logró el récord de capturas con 4.687 palomas. «Al empezar era más fácil que entrasen en las jaulas porque había muchas, porque en los años anteriores no se había hecho nada para controlar su población; pero según han pasado los años se ha notado que hay muchas menos porque ya no entran tantas», explica Eduardo Díaz, responsable técnico de Abiocontrol, empresa encargada de estas labores.

El equipo técnico de esta contrata recibe las quejas vecinales que se trasladan al Ayuntamiento para intentar actuar sobre los focos que aún tienen exceso de población de palomas. «Ahora muchos de esos avisos se refieren a paloma torcaz, que son más grandes y tienen como un anillo alrededor del cuello, pero esa especie requiere otro sistema para capturarlas y ese no entra en el contrato que hay firmado con el Ayuntamiento», explica Díaz los pormenores de esta situación. 

Esta carencia de las condiciones del contrato también se amplía a los estorninos, cuya presencia masiva provocó hace unas semanas las quejas de los vecinos de los barrios de Santa Catalina y Ferial Bañuelos, donde la suciedad de los excrementos se acumulaba en aceras, bancos y coches. «Los estorninos tampoco están incluidos, sí que los hacemos en otras ciudades, pero estas aves necesitan otro sistema diferente, que consiste en cambiarles la dormida, es decir, molestarles cuando se posen para pasar la noche y hacer que se vayan a algún punto alejado de la población», pormenoriza el responsable técnico de Abiocontrol.

Ante estas dos circunstancias, y con la fecha de vencimiento del contrato en el mes de febrero, Díaz sugiere que se estudie incluir en el nuevo contrato otro tipo de actuaciones para evitar que se descontrole la población de otro tipo de aves que, hasta ahora, han carecido de control ninguno.

Colaboración vecinal. Para que se pueda llevar a cabo esta reducción de las colonias de palomas, es imprescindible que los arandinos faciliten el acceso a los lugares adecuados para colocar las jaulas de captura. «En general, no hemos tenido problemas para ir colocando las jaulas, pero todavía quedan zonas donde no hemos podido actuar por falta de un lugar al que acceder», apunta Díaz.

Además, desde esta empresa especializada en el control de plagas avisan que en Aranda hay varios edificios o viviendas abandonadas que han tomado estas aves como palomar y «en esas en muy difícil actuar si no tenemos quien nos dé acceso».

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