La experiencia es un grado, sobre todo en una categoría tan igualada como la Segunda División, sin embargo, hay equipos que tienen ese requisito como el primero y otros para los que es el último. Esa norma la ejemplifican a la perfección los dos equipos de la provincia, el Burgos CF y el CD Mirandés, que desde que se encuentran en el fútbol profesional están optando por fórmulas totalmente opuestas para asentarse. En este curso en concreto, los blanquinegros cuentan con una de las plantillas que más partidos acumula en Segunda División, mientras los rojillos tienen una de las nóminas de jugadores más jóvenes y, de largo, la menos experimentada en la división de plata. Y con bastante diferencia del resto.
Antes de arrancar el curso 2022/23, el jugador rojillo que más partidos había disputado en la Liga Hypermotion era Diogo Verdasca, una de las pocas piezas mayores de 25 años que este verano se habían unido al Mirandés. Había disputado 59 partidos con el Real Zaragoza entre 2017 y 2018. Sin embargo, una lesión en un primer día en Miranda le obligó a quedarse fuera de los planes de Lisci.
El siguiente en la lista era Barbu, con la treintena de partidos que disputó el curso pasado en el Mirandés. Le seguía Juan María Alcedo gracias a los 23 con los que debutó el curso pasado en la categoría vistiendo la camiseta del Albacete.
De esta manera, la actual plantilla jabata ni siquiera llegaba a acumular 300 partidos de experiencia en la categoría. Y es que muchos de los jugadores llamados a liderar el proyecto son jóvenes que buscan dar el siguiente paso en sus carreras triunfando en Anduva. La mayoría de ellos, jugadores cedidos por equipos de la absoluta élite nacional como el Atlético de Madrid, el Athletic Club o el Real Madrid. De hecho, en la victoria ante el Andorra, cinco de los 11 titulares son jugadores que están por primera vez en la categoría de plata: Sergio Barcia, Rubén Sánchez, Carlos Martín, Ilyas Chaira y Pablo Ramón. Y entre los otros seis futbolistas que partieron de inicio, la media de duelos disputados era de diez.
Ante el Eibar, se quedaron fuera del once inicial del Burgos CF el lesionado Elgezabal, Espiau, Andy o Saveljich, todos ellos con más de 100 partidos disputados en la categoría de plata. - Foto: ValdivielsoUnas cifras propias de un equipo filial como el Villarreal B, que cuenta con la segunda plantilla menos experimentada; o de clubes que han ascendido en los últimos años y tienen que buscar el talento en categorías inferiores, como el Amorebieta , el Andorra o el Eldense, las otras tres plantillas con menos experticia en Segunda.
Por el contrario, el Burgos CF cuenta con una de las plantillas más versadas en la Segunda División gracias a la presencia de jugadores como Curro Sánchez, que ha jugado más de 200 partidos en la categoría; Dani Ojeda, José Matos o Unai Elgezabal, que también podrían superar dicha barrera durante esta misma temporada.
En el vestuario blanquinegro apenas hay jugadores sin experiencia previa en el fútbol profesional. De hecho, Álex Sancris, procedente del Linares, es el único fichaje reciente que no contaba con ella. El segundo portero Loïc Badiashile tampoco la tiene. Pero son las excepciones, porque el total de partidos jugados en Segunda de la actual plantilla es de casi 2.000, la sexta cifra más alta de la categoría, solo superada por el Zaragoza, Elche, Eibar, Tenerife y Cartagena, que manda con más de 2.600 encuentros.
Bolo y Lisci. En los banquillos la línea marcada por cada club se mantiene. El Burgos, tras la salida de Julián Calero, optó por un entrenador con poso en la categoría como Bolo, que dirigió a la Ponferradina tres campañas completas y comenzó la anterior con el Oviedo. Llegó a El Plantío con 137 partidos de Segunda División en su historial. Igualmente, el Mirandés se vio obligado a cambiar la dirección del banquillo tras la marcha de Joseba Etxeberria. Y apostó por un hombre que sí que había alcanzado la Primera División, pero que no conocía la Segunda: Alessio Lisci, cuya trayectoria no era demasiado extensa, pues había pasado del filial del Levante al primer equipo, del que se hizo cargo en la temporada 2021/22, que acabó con el descenso de categoría.