La situación en la que se encuentra la planta de compostaje de lodos de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) ha encendido las alarmas en la Sociedad Municipal Aguas de Burgos. Las más de 40.000 toneladas de residuos acumulados junto a la instalación han llevado a la gerencia de la empresa pública a emitir un informe en el que se advierte, en varias ocasiones, del riesgo de «colapso» y se subraya que «en caso de no actuar con la celeridad requerida» podrían producirse «graves problemas medioambientales».
El problema radica en la controversia que se ha generado entre Aguas y la empresa Valoriza Servicio Medioambiental, que se encargó de la gestión de la planta de biosólidos (el lugar al que llegan los lodos procedentes de la depuradora) hasta noviembre del año pasado.
La compañía cedió el testigo a FACSA, la nueva adjudicataria del contrato, pero los lodos no se retiraron y no se pueden tocar ya que son propiedad de Valoriza, que, tras el proceso de fermentación, los ha venido vendiendo a los agricultores de la zona como abono para el campo.
El pasado 18 de diciembre, Aguas remitió un correo certificado a Valoriza en el que se le daba «un plazo de 20 días para retirar el material existente», a lo que la empresa, según consta en el informe redactado por la empresa pública, respondió que no se opone a la «retirada del producto final» pero cuando «se reúnan la condiciones de seguridad adecuadas y en el momento en que sea viable legal y climatológicamente».
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