El joven que falleció este martes ahogado cuando se bañaba en el río Ebro en la localidad burgalesa de Valdenoceda tenía 25 años y "no sabía nadar", según ha explicado el subdelegado del Gobierno en Burgos, Pedro de la Fuente, que ha lamentado el desenlace de lo que tilda como un "accidente fortuito" en una zona que "no era especialmente peligrosa".
El trágico suceso ocurrió ayer en torno a las dos del mediodía, cuando una llamada al Servicio de Emergencias 112 Castilla y León alertaba de que un joven se estaba ahogando en el río Ebro. Según explicó el alertante, habían intentado acceder a la víctima al detectar que tenía problemas para mantenerse a flote, pero llegó un momento en el que le perdieron de vista y fueron incapaces de encontrarle.
Conocidos los hechos, se avisó a la Central Operativa de Servicios de la Guardia Civil (COS), a los bomberos de Burgos y de Miranda de Ebro y a Emergencias Sanitarias - Sacyl, que envió un helicóptero medicalizado y al equipo médico del centro de salud de Villarcayo. También se activó para organizar el rescate el Centro Coordinador de Emergencias de la Junta de Castilla y León.
Desde el Parque de Miranda de Ebro se desplazaron cinco profesionales con dos vehículos ligeros, en los que llevaban una lancha tipo zodiac. Cuando llegaron a Valdenoceda ya estaba la Guardia Civil, que les señaló la zona aproximada donde habían visto al joven por última vez. Los bomberos se metieron en el río con la barca y unos 40-45 minutos después lograron encontrar el cadáver sumergido cerca de esa zona, recuperarlo y llevarlo hasta la orilla. Concluida su intervención, antes de las 17 horas, emprendieron viaje de regreso a casa mientras la Benemérita custodiaba el cuerpo a la espera de la llegada de la forense de guardia para proceder al levantamiento del cadáver.
Según relataron testigos presenciales a Radio Valdivielso, el hermano de la víctima estaba presente e intentó rescatarle desesperadamente, pero el cuerpo se hundió sin remedio. Al parecer, no tenían ninguna vinculación familiar con la comarca y habían acudido allí para disfrutar de esta zona natural y darse un baño en el Ebro, en un espacio que carece de vigilancia.
Preguntado este miércoles acerca del suceso, el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente, ha señalado que se trata de "accidentes fortuitos" que tienen lugar en verano en aquellas zonas que no están vigiladas. "Ahí solo cabe hablar de precaución, a priori, porque no hay capacidad de reacción en todo el amplio espectro de lugares de baño que tenemos en la provincia para poder tener un control". "El problema ha sido que ha perdido pie en una zona que no era especialmente peligrosa, pero que no sabía nadar y los nervios han jugado también su función", ha lamentado De la Fuente ante los medios de comunicación durante la presentación del Grupo de Caballería de la Guardia Civil que refuerza la seguridad de los peregrinos que recorren el Camino de Santiago a su paso por la provincia.
Cabe recordar que el 1 de agosto falleció en Burgos un menor africano de 17 años cuando se daba un chapuzón en el embalse de Arija.