El Mercado Norte es desde el comienzo del mandato uno de los principales quebraderos de cabeza del Ejecutivo en Burgos. Sin embargo, esta patata caliente va de mano en mano de los responsables municipales desde hace casi 20 años y si algo ha demostrado el tiempo es que para dar con la solución hay que resolver un verdadero rompecabezas.
Si el cierre de la infraestructura y el traslado al recinto provisional ya ha dado más de mil vueltas en el último año sin que se sepa a ciencia cierta cuándo se hará realidad, la situación alcanza el máximo nivel de complejidad para afrontar la construcción del nuevo edificio.
Históricamente, los pasos dados han sido en falso. Por el camino se quedaron varias propuestas, intentos y fórmulas que no llegaron a buen puerto y que hoy pueden servir de referencia para sortear los errores del pasado.
La promotora Kater registró el estudio para el Mercado Norte, con el compromiso de levantar el edificio en 18 meses. Además incluyó 10 puestos más para un gastromercado y dos medianas superficies a cambio de explotarlo durante 40 años.Fue en el año 2006, hace ya 18 años, cuando el Ayuntamiento desechó sacar a concurso las obras para reforzar la estructura del mercado y adecentar la segunda planta porque su coste se disparaba hasta los 5 millones de euros.
Ese fue el pistoletazo de salida de una carrera llena de obstáculos, principalmente económicos, hasta que no ha quedado más remedio que dar el paso sin saber a ciencia cierta cómo hacer realidad la nueva estructura.
Desde el principio se asumió como necesaria la aportación de la financiación privada para soportar la gran inversión prevista. La modificación de la Ley de Contratos del Sector Público abrió una puerta legal a la presentación de proyectos para instalaciones municipales sin necesidad de que fuera la administración la que convocara un concurso público de ideas. Es en ese marco jurídico en el que se movieron los dos planteamientos presentados en 2009.
La promotora vasca Baika planteó una inversión de 18 millones de euros, reservando dos plantas del Mercado Norte para grandes marcas y con la presencia de los 70 concesionarios de alimentación y la quincena de comercios exteriores.La empresa segoviana Promoción y Gestión de Servicios Urbanos SA (Pygsur) presentó el estudio de viabilidad para construir y explotar en régimen de concesión de 40 años un nuevo complejo comercial, una iniciativa que planteaba una inversión de 21 millones de euros para habilitar un supermercado, dos medianas superficies de ropa y restauración y 350 plazas de aparcamientos, con lo que se crearían 180 puestos de trabajo.
El estudio de Pygsur recibió un total de 67 alegaciones, con un factor fundamental: la petición de incrementar el espacio previsto para mercado tradicional, de modo que los 1.250 metros cuadrados que reservaba el proyecto para puestos pasaron a ser 3.500.
De forma paralela, los concesionarios del mercado, la FEC y Mercasa plantearon el mismo año la construcción de un edificio singular y la conversión peatonal de la calle de Hortelanos. Esta alternativa también contaba con un presupuesto de 21 millones de euros, incluyendo la puesta en marcha de una estructura provisional en Virgen del Manzano y una previsión de 86 unidades de negocio en el nuevo Mercado Norte.
Los concesionarios del Mercado Norte, la FEC y Mercasa plantearon en 2009 la construcción de un edificio singular y la conversión peatonal de la calle de Hortelanos. Esta alternativa también contaba con un presupuesto de 21 millones de euros.Con las cartas encima de la mesa, el Ayuntamiento descartó la opción de FEC, la Asociación de Comerciantes del Mercado Norte y Mercasa y se decantó en octubre de 2009 por la propuesta de Pygsur con el rechazo del PSOE. Sin embargo, todo el plan se fue el traste meses después debido a las estrecheces económicas derivadas de la crisis.
La concejala de Comercio entonces, Pilar Martínez Ferrero, reconoció que la iniciativa entró en una vía muerta. «Está parada. No hay ninguna prisa y no es algo prioritario. Además, las directrices ahora son de austeridad total», declaró entonces la edil.
Comenzó entonces otra larga etapa de barbecho a la espera de nuevos impulsos. Las elecciones municipales de 2011 avivaron de nuevo el debate, pero hubo que esperar hasta 2013 para que surgieran dos nuevas propuestas. El estudio burgalés BSA tomó la iniciativa junto a la empresa Baika. La promotora vasca planteó una inversión de 18 millones de euros, reservando dos plantas para grandes marcas y con la presencia de los 70 concesionarios de alimentación y la quincena de comercios exteriores. Aquel binomio se rompió y BSA impulsó otra apuesta de la mano de un grupo inversor madrileño y con la participación de una consultora especializada en gestionar grandes núcleos comerciales.
La inversión planteada entonces, totalmente privada, alcanzaba los 14 millones de euros con el objetivo de que el nuevo mercado norte fuera una realidad en 2015. A cambio, se solicitaba una concesión de 40 años. El proyecto contemplaba la presencia de 73 puestos a cota cero y uno o dos supermercados en el sótano.
La promotora Kater registró el estudio para el Mercado Norte, con el compromiso de levantar el edificio en 18 meses. Además incluyó 10 puestos más para un gastromercado y dos medianas superficies a cambio de explotarlo durante 40 años. También contemplaba conectar por un túnel con el parking de plaza de España y peatonalizar Hortelanos.
Todo parecía lanzado, pero llegó otro parón decisivo por la falta de consenso político. El calendario avanzó y en 2016 la Junta de Gobierno declaró la caducidad y el archivo del procedimiento abierto en el año 2014.
La rebaja del canon de 400.000 euros anuales que el Ayuntamiento debía pagar, los 415.000 euros como adelanto, la colaboración de la promotora en el coste del mercado provisional en el que se instalarían los comerciantes mientras duren las obras, la habilitación de más plazas de aparcamiento y la urbanización de Hortelanos fueron algunos de los aspectos que el PSOE consideró innegociables para aprobar un proyecto que tampoco encontró un respaldo tácito en los informes municipales.
Con el expediente caducado se volvió a la casilla de salida y al final el intento cayó en el olvido para iniciar una nueva etapa en la que Gobierno y oposición acordaron buscar una fórmula 100% pública y elegida por concurso. De eso han pasado otros siete años y el Ayuntamiento sigue sin dar con la tecla adecuada.