Su interesante aportación en diferentes ámbitos profesionales confiere a los drones un valor que trasciende su capacidad como mero entretenimiento para los amantes de la tecnología. Las numerosas aplicaciones de las aeronaves no tripuladas aumenta en los últimos años la atracción por pilotar estos artefactos y el crecimiento de su uso experimentado en toda España también se replica en Burgos.
La provincia ha duplicado el número de operadores capacitados desde el año 2021 -entonces estaban inscritos 373- y lo multiplica por 8 desde 2020 -con 94 licencias- para sumar en este momento un total de 808 usuarios titulados según los datos aportados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
La entrada en vigor de la normativa europea de UAS (Unmanned Aerial System o sistema aéreo no tripulado) el 31 de diciembre de 2020 supuso un antes y un después en la utilización y presencia de los drones. Anteriormente, el reglamento nacional del RD 1036/2017 solo exigía hasta entonces el registro de los operadores profesionales y ahora también deben formalizar este paso el resto de usuarios.
En este sentido, la normativa vigente sigue su propio desarrollo y desde el pasado 1 de enero de 2024 se aplican nuevos requisitos como el marcado de clase y el sistema de identificación directa a distancia (DRI) de los aparatos.
La flexibilización de la regulación y el registro obligatorio de estos operadores recreativos traducen el crecimiento experimentado por estos artefactos, cuya evolución exige un marco normativo concreto para gestionar una tendencia al alza de su uso que se prevé aún mayor a medida que se profundice en sus aplicaciones diarias.
La AESA tiene registrados un total de 98.369 operadores en toda España y solo en los dos primeros meses del año Burgos sumó 40 usuarios más a su lista particular tras los 215 registrados en 2023 y los 180 de 2022.
La actualización de este particular censo tras la entrada en vigor de la legislación internacional llevó a alcanzar en 2021 el tope de 373 licencias expedidas en la provincia en un solo año. En Castilla y León son 5.798 los operadores registrados hasta el pasado mes de febrero, casi el total acumulado en España en 2020 (5.975) antes del cambio normativo.
Madrid prepara la primera ordenanza específica que regulará el vuelo de estos aparatos en el futuro próximo. De momento, Burgos se rige por la normativa general de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), si bien en su momento el Ayuntamiento se planteó la manera de controlar la operativa de las aeronaves no tripuladas en el casco urbano.
El área de Seguridad Ciudadana quiso anticiparse en el año 2018 a la esperado proliferación de estos aparatos tecnológicos y estudió la posibilidad de redactar una ordenanza que nunca vio la luz. La idea era consultar a una asesoría externa para la correcta implantación de la normativa, cuya aprobación también incluía la fórmula para cobrar una tasa municipal por el uso de los drones.
También estaba previsto que incluyera capítulos de derechos y deberes de los usuarios, la obligación de presentar un registro y la delimitación tanto de las zonas habilitadas como de los espacios restringidos en la capital. Aquella opción surgida en 2018 no tuvo recorrido y habrá que esperar para ver si el Ayuntamiento recupera esta idea en el futuro.