La conexión ferroviaria de la ciudad fue un diamante sin pulir durante años. Los esfuerzos por instalar una estación intermodal dieron sus frutos en octubre de 2018 cuando la Terminal de Contenedores Miranda (TCM) recibió su primer tren. A partir de ese momento, el proyecto ha crecido con el puerto de Barcelona como principal destino. Esa unión es la que va a utilizar ahora JSV Logistic -impulsora de la TCM- para que la ciudad sea clave en su conexión rápida con Turquía.
La directora general de la compañía, Sonia Herzog, destaca que la unión casi diaria de la TCM con el puerto de Barcelona hace que Miranda sea un punto importante dentro de la nueva línea directa. Una vez llegue la mercancía a la Ciudad Condal el ferrocarril posibilitará que los cargamentos se envíen por Miranda hacia al norte de la Península. "La idea es dar cobertura en unos 200 kilómetros a la redonda aproximadamente", aclara la directora general de JSV, que añade que gracias a esta vía la TCM podrá establecer nuevas conexiones con otros puntos de la Península, como la que ya tiene con Portugal.
En JSV explican que la nueva línea rápida que une el puerto de Barcelona con el mercado turco gana peso con la ampliación del recorrido hasta la ciudad, puesto que "hay mucho interés ya que muchas de las mercancías que llegan al norte lo hacen a través del puerto de Bilbao, pero no es algo directo sino que llega con transbordos en otros puertos", aclara Herzog, que remarca que Miranda es "un núcleo de distribución y cuantos más servicios marítimos añadamos mayor posibilidad de conexión tendrá".
En la actualidad la TCM mueve 18.500 toneladas de mercancías al mes. De manera regular cuenta con cuatro trenes semanales a Barcelona, aunque en función de la demanda este número aumenta cuando es necesario. La inversión inicial que hizo JSV en el proyecto de la terminal de contenedores fue de cinco millones de euros y la nueva conexión "supone un avance importante para Miranda", manifiesta Herzog, que destaca que la TCM todavía puede establecer conexiones regulares con otros puertos y "estamos en negociaciones con muchos proyectos y avanzando", recalca la directora general de JSV.
Para la compañía un aspecto que todavía queda por explotar en el país es la multimodalidad, pero también las conexiones rápidas, como esta que se tiene ahora con Turquía. Precisamente su inmediatez es una de las claves del proyecto, lo que hace que sea "distinto". Gracias a la nueva conexión los barcos tardarán entre 4 y 7 días en unir Barcelona con los dos puertos turcos con los que opera JSV. Estos tiempos son similares a los de carretera, por lo que ahora es una alternativa real que además es más "ecológica y sostenible", matiza Herzog. Otra de las ventajas es que con el transporte marítimo no solo hay menos emisiones sino que las mercancías evitan el paso de las fronteras. Por último, lo que también hace novedosa la conexión de JSV es que utilizan contenedores con la misma capacidad que los camiones, por lo que "se crea una alternativa real".