Todo burgalés se regocija cuando escucha a Leo Harlem contar que «si traes a un pingüino de la Antártida a Burgos se pone una trenca» o que solo en esta ciudad ha visto «estatuas con mocos de frío, pero se los quitan para no asustar a la gente». Los chistes sobre el clima burgalés son un clásico en el repertorio del humorista, quien, curtido en el carácter de los castellanos, sabe ganárselos. Sin quitarle mérito, digamos que entra dentro de lo habitual. Pero que un cantante que salta al escenario después de una rifa consiga ponerlos en pie con el primer tema -y no el más conocido de su trayectoria- roza lo superlativo. Melendi lo logró, con Canción de amor caducada, mientras se paseaba por el auditorio del Fórum, donde sus siguientes palabras, ya, desencadenaron estruendo: «Es un placer que me hayan invitado. Gracias a Fundación Aurora por dar visibilidad a causas que parece que no forman parte de nuestra vidas hasta que nos tocan».
Recaudar fondos para la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y para Autismo Burgos era el objetivo de la gala de presentación de la Fundación Aurora, vinculada al Grupo San Pablo y con nombre de mujer por razones muy concretas, según aclaró el consejero delegado de la inmobiliaria y presidente del equipo de baloncesto, Félix Sancho: «Mi madre se llamaba Aurora y la perdimos muy pronto. Representaba a esas mujeres del mundo rural, que son de otra pasta y no van al médico, se quedan para ayudar a la familia. Su cáncer fue de detección tardía, pero hoy se cura. Y más con detección temprana, así que esto va por todas las Auroras que no llegaron a tiempo».
La presentadora de la gala, la periodista burgalesa Rocío Martínez, ya había advertido de que la tarde iba a «sacar el lado más personal» de Sancho, pero también del cantante, quien confesó que «el Melendi que se acuesta es puro propósito de enmienda, pero el que se levanta es un cabrón con pintas» justo antes de cantar La religión de los idiotas. El previo de cada tema fue un cara a cara con el público - «hacía tiempo que no veía tanta corbata junta», bromeó- que se deleitó con exitazos como Con la luna llena o Caminando por la vida y que incluso piropeó al asturiano con un sonoro '¡guapo!'; algo que él agradeció, porque, admitió, ya no le sucede tan a menudo. «Antes, las jovencitas me pedían autógrafos y ahora me dicen que 'a mí tía o a mi abuela' le encantas. Es lo que hay, hay que aceptar el paso del tiempo», admitió, para enlazar con Un violinista en tu tejado.
(Más información en la edición impresa de Diario de Burgos o aquí)