Gonzalo Corbalán y Miha Lapornik se retiraron con molestias en la primera parte del partido contra el Força Lleida y ayer se sometieron a diferentes pruebas para conocer el alcance de sus respectivas lesiones. El Longevida San Pablo puede respirar aliviado porque ninguna de las dos es grave, aunque parece complicado que puedan estar para el choque de mañana -20.30 horas- contra el Melilla.
El argentino recibió una especie de segada involuntaria por parte de un rival y se hizo daño en el tobillo. Las pruebas médicas a las que se le ha sometido desvelaron una contusión en la parte externa del tobillo izquierdo, en la zona del tendón, y descartaron un esguince grave. De todos modos, ayer no entrenó con el resto de sus compañeros y hoy tampoco se espera que lo haga. Su presencia en el duelo de mañana se antoja complicada, aunque dependerá de su evolución.
Más complicado lo tiene todavía Lapornik. El esloveno chocó con Álex Barrera y recibió un golpe en el muslo de la pierna derecha que le obligó a sentarse en el banquillo. Trató de volver a la pista, pero apenas pudo aguantar unos segundos. Había incertidumbre por si podía tener una rotura fibrilar en el cuádriceps, pero las pruebas médicas revelaron que no. No obstante, tiene los músculos de la zona tensionados y, al igual que Corbalán, tampoco se entrenó ayer ni lo hará hoy. Se ejercitó aparte con el preparador físico y su presencia mañana en el parqué de Coliseum es bastante improbable.
Así las cosas, todo apunta a que Lolo Encinas, técnico azulón, tendrá que apañárselas sin sus dos escoltas. Se le quedará una rotación más corta de lo habitual y obligará a otros jugadores a cambiar de posición, como ocurrió en la segunda parte del choque contra el Lleida. Además, cabe recordar que, aunque Adala Moto está entrenando todavía con el equipo, no se le puede dar de alta federativa y no puede volver a jugar esta temporada.