El estallido de la pandemia en marzo de 2020 fue el golpe definitivo al servicio de trenes nocturnos en España. Tras años menguando de manera progresiva estos viajes, la supresión del ferrocarril que unía a diario Hendaya (Francia) con Lisboa (Portugal) a través de Burgos cerró una ruta cuyo origen se remonta a 1887. Del mismo modo, y aprovechando también la casuística sanitaria, Renfe decidió suprimir sine die el Talgo que conectaba Barcelona y Galicia por la noche.
Más atrás en el tiempo, concretamente hace una década, la capital castellana vio cómo dejó de circular el Trenhotel Elypsos, conocido como Francisco de Goya, que unía Madrid y París también en horario nocturno. Es ahora, casi cuatro años después del inicio de la crisis de la covid-19, cuando un nutrido grupo de ministros, miembros del Parlamento Europeo y representantes de la industria han enviado una carta a la Comisión Europea reclamando su regreso. En la misiva, dirigida a la presidenta Ursula von der Leyen, al vicepresidente ejecutivo, Maroš Šefovi y a la comisaria de Transportes, Adina Valean, se exige la aplicación «urgente» de un acuerdo europeo para conformar una estrategia que desarrolle una red integral de trenes nocturnos.
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