Nunca antes desde que hay datos los hoteles burgaleses habían certificado tantas pernoctaciones como durante el pasado 2023. En total fueron 1.387.861 las noches que los establecimientos de la provincia registraron por parte de viajeros, tanto nacionales como extranjeros. Tras el hundimiento que generó la pandemia en 2020, el sector se ha ido recuperando de forma progresiva hasta acercarse a la barrera de las 1,4 millones de pernoctaciones.
Aunque el balance que hacen desde la Federación Provincial de Hostelería es positivo, advierten que esta marca histórica se ha conseguido gracias al empuje de la provincia y no de la capital. En este último emplazamiento las noches registradas en hoteles durante el año pasado disminuyeron un 0,5% en el acumulado anual (761.770 frente a las 765.238 del año anterior). Por contra, tomando también en consideración el resto del territorio burgalés el balance final es de un 4,2% más que en 2022.
«A nivel provincial consideramos que el sector se ha recuperado desde la covid, pero a nivel municipal todavía seguimos por debajo de la crisis y del año pasado», explica Luis Mata, presidente de la patronal. Aunque el ejercicio que acaba de arrancar, admite, está registrando un buen ritmo de reservas, asegura que la incertidumbre económica está haciendo mella en los viajeros. «Tenemos que cruzar los dedos», ejemplifica.
Son muchas las fórmulas que maneja esta Federación para impulsar el turismo en Burgos y, por ende, las pernoctaciones, pero insisten en una de sobra conocida: la mejora de las infraestructuras. «Cada vez vamos a estar más lastrados. Mientras que aquí no se hace nada en otras provincias del entorno se estrenan carreteras o estaciones que generan itinerarios nuevos», lamenta. De este modo, apuestan por esta vía como la forma más eficaz para «impulsar» el turismo de la capital y ganar más pernoctaciones. Del mismo modo, echan en falta algún evento de grandes dimensiones y más congresos. No obstante, se muestran contentos con el balance del 2023, especialmente por el buen cierre de año: durante diciembre las noches subieron un 6,7% en la capital y un 9,2% en la provincia.
Un lastre que no preocupa. A pesar del incremento de las pernoctaciones, que cerraron el año en máximos históricos, la provincia no logra aumentar la estancia media de los turistas. En los últimos doce años el tope se alcanzó en 2021, cuando, de promedio, cada persona que visitó Burgos se quedó 1,6 días. Actualmente esa cifra se queda en los 1,54, un periodo que, por raro que parezca, no quita el sueño a los hosteleros.
«Acusamos mucho el tránsito de peregrinos que hacen el Camino de Santiago, que normalmente solo hacen una noche en cada lugar al que llegan», explica. También Burgos cuenta con un elevado flujo de viajeros de paso entre Europa y las costas del sur. «Ojalá no perdamos ese tipo de turistas. Son vitales para nosotros», sentencia Mata.