La falta de secretarios se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para múltiples pueblos burgaleses, ya que sin ellos poco se puede hacer. Ni descansar en paz. Así lo manifiesta Fernando del Olmo, alcalde del Valle de Valdelucio, que hace tan solo unos días ha vivido una «surrealista situación» después de que falleciera una vecina y nadie pudiera realizar la correspondiente firma que lo certificara para enterrarla.
«Voy a tener que sacar un bando para pedir que ahora no se muera nadie en todo el Valle», dice el regidor, que todavía no da crédito de lo ocurrido y se muestra especialmente indignado con las instituciones. El 29 de diciembre se jubiló el secretario que llevaba allí unos cuantos años y aún no tienen un sustituto, por lo que no les quedó más remedio que pedir ayuda a los de pueblos cercanos con el fin de que realizaran este trámite. Sin embargo, en estas fechas navideñas se encontraban de vacaciones y les resultó imposible contactar con los de Basconcillos del Tozo, Montorio o Sotresgudo. La polémica estaba servida a tan solo unas horas de llevar el cuerpo al cementerio.
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