Varios vecinos del barrio de San Pedro y San Felices se encontraron ayer con una desagradable sorpresa cuando fueron a coger sus coches. Algunos ni siquiera pudieron arrancarlos y no fue precisamente por el hielo que había dejado la noche a su paso. Eran cerca de 20 los vehículos que habían quedado dañados a causa de unas cuchilladas que algún vándalo había proferido durante la noche.
La grúa tuvo trabajo para ir llevándose uno a uno los turismos de los particulares que iban descubriendo sus daños. Quien los causó no pareció atender a ningún criterio para ir destrozando neumáticos. Lo que sí que siguió fue una ruta que lo llevó por las calles San Isidro, Huesca, Teruel, Zaragoza y Trespaderne. Esta última fue de las más damnificadas por contener hasta cinco coches con sus ruedas apuñaladas.
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