Menudo roto le hizo una trabajadora de un bazar burgalés a la propietaria del negocio, situado en el centro de Burgos. En lugar de introducir en la caja el dinero procedente de numerosas ventas lo que hacía era guardarlo en su propia cartera. Al punto de que se quedó con casi 4.000 euros desde el 1 de octubre de 2017 hasta diciembre de ese mismo año, cuando la propietaria descubrió el pastel y denunció los hechos.
Para quedarse con el dinero de las ventas de infinidad de efectos -desde muñecos de peluche hasta monederos pasando por despertadores- la acusada no registraba las operaciones y el importe de lo abonado por los clientes no lo incorporaba a la caja registradora, o lo incorporaba para sacarlo cuando el cliente se había ido. De modo que no entregaba el preceptivo ticket y guardaba el dinero en su bolso o se lo entregaba a su pareja sentimental, que acudía expresamente a la tienda para este cometido.
La Policía acabó descubriendo la 'jugada' gracias a las cámaras de seguridad. El juzgado de lo penal 2, en una sentencia que ha confirmado la Audiencia Provincial casi en su totalidad, les condena a los dos a una pena de 14 meses de prisión por la comisión de un delito continuado de hurto. Tendrán que restituir a la dueña del establecimiento los más de 3.800 euros que le sustrajeron en menos de tres meses.
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