La Brigada de Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Burgos investiga desde la tarde de ayer la aparición de un feto muerto a orillas del río Arlanzón, en pleno centro de la capital. Fue una pareja que se encontraba en la zona paseando al perro la que halló el cadáver y avisó a los servicios de emergencia. Las pesquisas se centran ahora en recoger todo tipo de evidencias que permitan dar con el paradero de la madre.
Los hechos se conocieron sobre las 18:30 horas. Una mujer que se encontraba paseando al perro dio aviso al servicio de emergencias 112 de Castilla y León del cuerpo inerte de un bebé en la orilla sur del río Arlanzón, justo enfrente de la plaza de Santa Teresa. Según parece, el animal fue quien les llevó hasta él. El feto aún estaba con el cordón umbilical y la placenta. Rápidamente se activó a la Policía Nacional y Local, que colaboró en el dispositivo para facilitar las labores de la Policía Nacional.
Tras confirmar que el bebé se encontraba fallecido, los investigadores requirieron la presencia de la comisión judicial, con la funcionaria del instituto de medicina legal a la cabeza. Después, se procedió al levantamiento del cadáver y su posterior traslado al anatómico para realizarle la pertinente autopsia.
Los investigadores, acompañados de la forense, inspeccionan el lugar en el que se encontró el recién nacido. - Foto: Luis López AraicoEste paso será fundamental para esclarecer los hechos, según fuentes consultadas por este periódico. Para empezar, porque el forense determinará la causa del deceso-por si pudiera ser un ahogamiento- y también la hora para así concluir si fue abandonado en el río antes o después de la muerte. Este podría ser, de hecho, el punto de partida en la investigación.
Agentes de la Brigada de Policía Científica acompañaron a los de Judicial en las primeras pesquisas recabadas en el lugar del hallazgo del cadáver. Los policías nacionales estuvieron alrededor de dos horas rastreando la orilla y tomando muestras de todo tipo mientras colaboraban con la autoridad judicial de guardia. Una vez concluido el levantamiento, comenzaron a trazar las primeras líneas de búsqueda de evidencias, que se centraron tanto en el Arlanzón como en la zona de la ciudad en la que se encontró.
Así, los agentes se repartieron y comenzaron a seguir posibles rastros que hubiera dejado la persona que depositó el feto. Peinaron el río tanto hacia el este como hacia el oeste, se adentraron en calles como Molinillo, Paseo de Atapuerca, La Quinta, Santa Teresa o Diego Luis de San Vitores. Rebuscaron en papeleras y miraron casi cada rincón con linternas para hallar alguna pista, por pequeña que fuera, que les permitiese tener un primer hilo del que tirar.
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