El 29 de septiembre, el paseo de la Sierra de Atapuerca se convertirá en un gran fogón donde se cocinará la morcilla más larga del mundo con la que se pretende incluir a el nombre de Burgos en el libro Guinness de los récords. Para lograrlo será necesaria la participación directa de los burgaleses, bien a través de su colaboración a la hora de servir el plato, para lo que serán necesarias 400 personas, o de probar las 4.500 raciones en que se troceará el embutido.
El evento comenzará a las nueve de la mañana con la intención de que esté finalizado a las dos de la tarde. De su elaboración se encargarán los integrantes de la Asociación de Fabricantes de Morcilla, que dispondrán de una olla de grandes dimensiones (2,2 metros de diámetro y 200 kilos de peso en vacío) que en estos momentos se encuentra confeccionado la empresa Pierre Guerín, firma burgalesa especializada en la fabricación de depósitos de acero.
Una vez cocinada, la morcilla se dividirá en 4.500 raciones que el público podrá degustar previo pago de un euro que incluye la bebida, agua o cerveza, gracias a la participación de San Miguel en la iniciativa. Será a la hora de proceder al reparto de los pinchos cuando se requerirá de la colaboración de los 400 voluntarios, que deberán encargarse de mover paso a paso el mantel para evitar que el embutido se desarme. Todos ellos recibirán a cambio una camiseta y un diploma que certifica su participación. Los interesados pueden enviar un mail a la dirección recordmorcilla@gmail.com.
El dinero recaudado con la venta de pinchos irá destinado a Aspanias y Cruz Roja. Porque, además, de que el notario del famoso libro certifique que se ha logrado hacer la morcilla más larga, la organización (el Ayuntamiento a través del Plan Estratégico) quiere que dé fe de otro récord: el de mayor número de personas comiendo este embutido.
En total, se cocinarán 200 kilos de morcilla cuya longitud será de 178 metros, superando así la medida conjunta de las torres de la Catedral (85 metros cada una) en un guiño a dos de los elementos más representativos de Burgos en lo que a patrimonio y gastronomía se refiere. «El objetivo de este evento es buscar la promoción exterior de la ciudad», comentó ayer el concejal de Cultura y Turismo, Fernando Gómez, que confió en la repercusión mediática que tendrá el evento culinario.
La idea de organizar una actividad de estas características partió de la dirección de la Capital de la Gastronomía, que en sus planteamientos iniciales contemplaba la celebración de un récord. A partir de este momento, el Ayuntamiento comenzó a dar forma a la propuesta tras comprobar que no existía en un récord Guinness con la morcilla como protagonista.