Mientras en la Dirección General de Tráfico estudian y prueban medidas para frenar la accidentalidad con animales en las carreteras, la naturaleza brinda cada cierto tiempo un balón de oxígeno. La siniestralidad cinegética se redujo en 2023 a causa de un gusano. El Cephenemyia Stimulator, un insecto que afecta las vías respiratorias de los corzos, es la explicación más lógica al considerable descenso de incidentes de circulación con la fauna de la provincia. Los 525 choques entre vehículos y animales de esta especie sustentan la caída general del 20% el pasado ejercicio.

Según los datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico, en 2023 se contabilizaron un total de 2.407 accidentes con animales en las carreteras de Burgos, 540 menos que el año anterior. Un número muy similar al mencionado descenso de colisiones contra corzos. La segunda especie más común, el jabalí, también cayó. Pasó de 614 a 586. El resto de tipos, tanto silvestres como domésticos, se mantienen prácticamente igual que en el ejercicio anterior.

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