El boom de las viviendas de uso turístico no solo se circunscribe a las grandes urbes o a las ciudades. A lo largo y ancho del territorio burgalés (sin contar con la capital) son más de medio millar -505 según los datos del Instituto Nacional de Estadística- las que había registradas en febrero de 2024 (último mes con datos), una cifra que no ha dejado de aumentar en los últimos tiempos. Desde agosto de 2020, cuando este modelo de alojamiento se empezó a popularizar y extender, el INE empezó a recabar esta información en base a los registros de las comunidades autónomas y a las plataformas online de vivienda.
En aquella época la oferta activa en la provincia, era de 408, lo que arroja un aumento de casi un centenar, un avance del 23,7% que según explican desde la patronal burgalesa de estos propietarios va «claramente al alza». Dos factores explican este incremento según precisan desde la Asociación de Viviendas y Apartamentos de Uso Turístico de Burgos (Viatbur).
El primero se refiere a la legalización de multitud de pisos o casas que antaño se alquilaban en verano en los pueblos y que no contaban con todos los permisos o licencias oportunas. «Ahora muchos dueños los están poniendo al día para normalizarlos y poder publicitarse en internet, donde las viviendas están más expuestas a ojos del público», indica el presidente de la entidad, Jorge Redondo.
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