La labor que Cruz Roja lleva a cabo en Aranda y la comarca abarca muchos sectores y, en los últimos años, el laboral es uno de los que está tomando gran relevancia en el día a día de esta ONG en la zona. A lo largo de este año, desde este organismo se han realizado ocho cursos de capacitación de los más diversos sectores laborales, desde ayudante de cocina o auxiliar de limpieza, a asistente personal o carretillero, pasando por auxiliar de venta de productos frescos o estética de manos y unas, como el más novedoso.
De estas formaciones se han beneficiado un centenar de personas, a las que se unen otras 187 que han participado en los itinerarios laborales intensivos, todos buscando mejorar su empleabilidad o conseguir un trabajo. Esto se consigue gracias a la colaboración con estos programas de 78 empresas de la comarca, donde los alumnos hacen prácticas o visitas para conocer de primera mano las necesidades laborales de los empleadores, y aprovechan para dejar su currículo.
De entre todas las personas atendidas por el Área de Conocimiento de Empleo de Cruz Roja Aranda, 90 hombres y 197 mujeres, más del 40% han conseguido un contrato laboral este año, por lo que estos 120 usuarios son la prueba viva de que la labor de la ONG da resultados tangibles en poco tiempo. Porque, además de los cursos para ampliar conocimientos, en línea directa con las empresas se desarrolla un proyecto de cooperación con el tejido económico local para crear y fortalecer alianzas. «Las empresas pueden hacernos demandas, incluso de formaciones a la carta porque tengan una necesidad de personal que no encuentran, y nosotros podemos diseñar cursos específicos para desarrollarlo con la propia empresa y, así, crear una bolsa de trabajo con gente formada», apunta una de las vertientes de esta relación con la patronal Carolina Sanz, una de las técnicos de Cruz Roja Aranda, porque los cursos normales buscan responder a las necesidades del ámbito económico local.
Pero estos programas van más allá de las clases teóricas y prácticas, porque también tienen muy en cuenta la situación personal de cada uno de los alumnos. «Sobre todo en el programa de jóvenes trabajamos mucho la parte de motivación, confianza, seguridad en uno mismo y trabajamos el lado emocional y motivacional para que ganen seguridad para buscar su hueco en el mercado laboral, trabajando tanto en grupo como de forma individual», explica Sanz, aunque esta vertiente humana también se traslada al resto de los programas.
En las instalaciones de Cruz Roja Aranda se desarrollan las clases teóricas. / Ramis
Patricia Betancour | 56 años
«Queremos aportar, que nos den una oportunidad»
Patricia es una colombiana que está a punto de cumplir sus tres años residiendo en Aranda de Duero. Para ampliar sus conocimientos, ha participado en el curso de auxiliar de venta de productos frescos y venta en frío. «La situación económica es difícil y tengo entendido que el sector de carnicería y pescadería tiene buenas salidas laborales», argumenta como motivo por el que se decantó por este curso en concreto.
Después de conocer la labor de Cruz Roja por los testimonios de algunos conocidos de su entorno, ahora es ella la que recomienda acudir a esta entidad para mejorar las habilidades laborales. «Todo el trato, todo lo que se aprende, es una gran oportunidad y yo me siento muy contenta», reconoce con una amplia sonrisa. Más allá de las clases teóricas, las prácticas que realizó en uno de los supermercados Alcampo le abrió un mundo de oportunidades. «Nunca en mi vida tuve la experiencia de vender carne y cosas en frío, aprendí mucho y el trato con la gente en las prácticas fue muy bueno, te sientes apoyada también por las compañeras», recuerda la experiencia.
Ella forma parte de uno de los colectivos en los que más hincapié pone Cruz Roja, porque la edad y el hecho de ser mujer dificulta aún más su inserción laboral. Pero Patricia, además de sus conocimientos recién adquiridos, añade un ingrediente más en su búsqueda de empleo. «Tenemos la aptitud, el deseo de trabajar, la cualificación para hacerlo; que las empresas nos den esa oportunidad porque estamos deseosas de trabajar, de aportar», pide porque, por experiencia propia, sabe que hay handicaps como el ser madre de un niño que le dificultan conseguir un contrato.
Este joven madrileño lleva 3 años en Aranda y ha dejado el sector de la construcción. / RamisAarón Olmedillas | 30 años
«Estos cursos han sido un antes y un después»
Vino a vivir a Aranda hace tres años, por su pareja, y vino «sin nada», aunque tenía una larga experiencia como autónomo en el sector de la construcción en Madrid. Después de un año trabajando en una empresa y, cuando ese contrato se acabó, se planteó sacarse el carné de carretillero. «Mi cuñado había estado en los cursos de Cruz Roja y le pregunté, me dijo que muy bien y me animé», relata cómo decidió acudir a esta entidad.
Por ser menor de 30 años, le encuadraron en el proyecto Aceleradores GO de Empleo Juvenil, cofinanciado por el Fondo Social Europeo Plus y la Junta de Castilla y León, a través del Servicio Público de Empleo, en colaboración con Ibercaja. La experiencia no pudo ser más positiva. «Nos dieron un montón de formación sobre el ámbito de los almacenes y de carretillero, pero también nos ayudaron en lo personal, porque yo estaba un poco decaído después de un año sin trabajar, me ayudaron mucho a nivel profesional y personal», reconoce agradecido Aarón.
Aunque pone nombre a la persona que más le ha ayudado, Carolina Sanz, la encargada del proyecto Aceleradores GO, Aarón está muy satisfechos de los cambios que ha logrado. «Ha sido un antes y un después», confiesa entre emocionado y orgulloso. «A mí me dio las fuerzas para seguir adelante, salió una oferta de trabajo y, desde entonces, estoy ahí», explica satisfecho, gracias a que «Carolina sabían cómo yo era, me buscaron un lugar donde podría encajar y ya me han renovado», relata lo que es una nueva experiencia de éxito de estos cursos de Cruz Roja.
La experiencia de Patricia en Cruz Roja le ha servido para mejorar su currículo. / Ramis
Patricia Guapi | 49 años
«Gracias a Cruz Roja he tenido varias ofertas»
Llegó a Cruz Roja de rebote, acompañando a una amiga, y se quedó. Esta ecuatoriana lleva 22 años viviendo en Vadocondes y dedicándose a labores de limpieza en domicilios. «Ya conocía la labor de Cruz Roja, si me preguntaba alguien por ayuda les mandaba aquí, pero un día vine con una compañera y me dijeron que había un curso que igual me interesaba, y me quedé porque aprender no quita lugar», relata su primer contacto con esta entidad.
No esperaba que le iba a resultar tan interesante la parte teórica, «porque yo en los cursos me quedo dormida» apunta, pero escogió la formación de limpieza en espacios abiertos, centros sociosanitarios y alojamientos turísticos y la experiencia le encantó. «Estuvimos un mes y todo el tiempo se me hacía corto, me tenía muy despierta, muy activa, todo era muy interesante y no quería salir de las clases», confiesa.
Tanto es así que, por su experiencia laboral, no tuvo que hacer prácticas. «La profesora me dijo que era como humillarme como profesional el hecho de mandarme a hacer prácticas, y mandó a los demás compañeros; porque cuando hacíamos visitas incluso ayudaba en las explicaciones en las propias empresas», recuerda. Aunque este curso le ha valido para lograr un certificado profesional por primera vez, «como graduarme en el colegio, fue muy bonito».
Su experiencia le ha valido para mejorar, y mucho, su situación laboral. Venía de estar tres años sin trabajar y, una vez que acabó la formación, empezaron a lloverle las ofertas. «Gracias a Cruz Roja, varias empresas me han llamado para puestos laborales, eso fue muy importante para mí porque tuve la oportunidad de escoger a qué empresa ir», explica Patricia. En concreto, se decantó por Jaspe, donde entró como peón para tres meses «y ahora me han ascendido a encargada». Esta evolución laboral tan rápida se ha producido de forma paralela a otras ofertas de distintas firmas. «Aquí estoy trabajando muy a gusto, porque al mes ya me habían hecho encargada», expone, siendo una prueba viva de que las formaciones de Cruz Roja responden tanto a las necesidades de los usuarios como de las empresas de la zona.