El entorno de Luis Sáez pide que se cumpla con su legado

R. PÉREZ BARREDO / Burgos
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Javier Sáez, hijo mayor del artista, ha enviado sendas misivas al Ministerio de Cultura y a la Junta de Castilla y León para urgir la ampliación del Museo de Burgos y que pueda exhibirse la obra de su padre

Se dio un plazo de diez años al museo para que mostrara la obra de Luis Sáez. Han pasado catorce ya.

Indignación, decepción, cabreo, tristeza... Son muchos los adjetivos que sirven para poner nombre a lo que familiares, amigos, artistas y ciudadanos admiradores de su obra sienten sobre el maltrato a que está siendo sometida la memoria y el legado del pintor Luis Sáez, quien un año antes de morir (falleció en 2010) realizó una generosísima donación al Museo de Burgos con el compromiso de que, antes de que transcurriera una década, ese fondo pudiera ser disfrutado por sus paisanos. Tanto el Estado, titular del museo, como la Junta, que es la administración que lo gestiona, están haciendo un papelón: la ampliación de las dependencias museísticas -donde está reservado un espacio para exhibir la obra del artista de Mazuelo de Muñó- ni está ni se la espera. Y se han cumplido catorce años desde que el pintor entregara las 621 obras que componen este fondo.

Javier Sáez, uno de los hijos del artista, ha remitido sendas cartas al Ministerio de Cultura y a la Consejería de Cultura para mostrar su preocupación por la situación del legado de su padre y pedir que se coordinen para que el proyecto de la ampliación y con ello la exhibición del legado sean pronto una realidad. «El objeto de esta donación era que la ciudadanía pudiera disfrutar de su obra pictórica, que ya había sido reconocida a nivel nacional e internacional; para ello se daba al museo un plazo de 10 años para llevar a cabo el proceso de ubicación de parte de las obras en un espacio expositivo permanente.

Él nos habló de esta donación unos años antes de llevarla a cabo y a todos los hijos nos pareció una excelente idea. La donación incluía un compromiso por parte de los responsables del Museo de Burgos para que una parte importante de estas obras estuvieran expuestas en un lugar específico, bien en el propio Museo, bien en algún edificio habilitado para ello en la ciudad», explica Sáez en su misiva.

Transcurridos catorce años, indica, «se ha constatado que lamentablemente todavía no se ha cumplido la voluntad de mi padre, y que todas esas obras siguen almacenadas, sin que nadie pueda disfrutar de ellas.  Hace pocos años se diseñó un proyecto arquitectónico para habilitar un espacio cercano al Museo de Burgos con el objetivo de exponer las obras, pero este proyecto nunca se terminó de materializar, por razones que desconozco», continúa. El hijo del artista de Mazuelo de Muñó insta a ambas administraciones a desbloquear la situación.

En las cartas, enviadas esta misma semana, insta Javier Sáez a que se inicien «los pasos necesarios para que la voluntad de mi padre se haga realidad, es decir, que se cree ese espacio público donde se exhiban sus obras de forma pública y permanente, para que toda la sociedad pueda disfrutar de unas obras artísticas de tanta calidad, y de una donación tan generosa». Artistas como Cristino Díez y Carlos Sáez, para los que Luis Sáez ejerció una enorme influencia, se muestran igualmente indignados con el hecho de que el fabuloso fondo permanezca oculto, secuestrado por la inoperancia de las administraciones responsables del museo.

Un fondo extraordinario. No es el de Luis Sáez un fondo más. Se trata de un legado tan generoso como extraordinario. La mayor parte de esas 621 obras se conservan en una sala del museo. Cada pieza está guardada, inventariada, catalogada, numerada y documentada. Pero invisible a ojos de todo el mundo, claro. Ese legado permitiría ofrecer la enorme variedad de registros del artista burgalés, mostrar todas las técnicas que trabajó: grabado, dibujo, acuarela, vidriera, pintura mural, óleo, gouaches, rotulador... Fue un artista polifacético. Cartapacios y cuadros de diferentes tamaños (muchos de ellos con sus marcos) ocupan toda la pared de la citada sala en la que descansan las obras, ya que en el almacén de Bellas Artes apenas cabe ya una obra más. Cada cierto tiempo revisan todo el material, hacen recuento y comprueban que se conserva todo en buen estado. Y ese todo son 60 óleos, 105 acuarelas y gouaches, 229 dibujos y 227 grabados. 

La Junta de Castilla y León culpa al Ministerio de Cultura de la situación. Mar Sancho, viceconsejera de Acción Cultural de la Junta, culpa al Ministerio de Cultura, titular del Museo de Burgos, de la situación, y quiere dejar claro que cualquier actuación de envergadura en el Museo de Burgos es competencia del Estado. «Nuestra voluntad de sacar adelante la ampliación siempre ha estado ahí. En 2018 llegamos a un acuerdo con el Ministerio de Cultura por el cual nosotros arrancábamos con el expediente de la dirección de obra para que luego el Ministerio lo ejecutase. Y de momento nos han dejado tirados».

Asegura Sancho que una vez se conforme el nuevo gobierno insistirán en ello. «Exigiremos y reivindicaremos los compromisos adquiridos con Burgos. Por nuestra parte no hay dejadez ni mucho menos. Nosotros queremos que se amplíe el museo. Vamos a insistir en cuanto se conforme el Gobierno». 

Mar Sancho justifica las exiguas partidas destinadas en los presupuestos regionales durante los últimos años para el Museo de Burgos precisamente a que el Estado no se ha involucrado a la vez que subraya que la rescisión del contrato con el estudio que llevó a cabo el proyecto no significa que no vaya a ser el que se ejecute algún día. «Ese proyecto nos gusta. Y contaremos con él cuando el Ministerio decida acometer la obra».