Después de ganar en 2020 el Premio José Hierro de Relato y publicar algunos de sus textos breves en un libro, el siguiente paso era crear una novela. La idea para una historia larga se la dio un amigo de veintipocos años tras contarle lo que le tocó vivir durante un verano. «Fue muy impactante conocer cómo un estudiante de Educación Social, que aún no había acabado la carrera, aceptó pluriemplearse para acabar con la precariedad en la que estaba. Lo que me llamó la atención no fue tanto que por la mañana estuviera en un campamento con niños y por la tarde en un centro de atención a dependientes, como lo que se encontró en ese centro», detalla el burgalés Mateo Martínez Martija.
«Había allí una historia muy potente porque vivió cosas muy duras. Desde el componente escatológico a lidiar con personas con tendencias violentas, pasando por el uso de los medicamentos, la inexperiencia que tenían la mayoría de los trabajadores o las condiciones laborales precarias», añade.
Pero el autor de Voces desde el fondo (Editorial Milenio) no quería centrarse en lo morboso, sino utilizar una ficción basada en hechos reales para hablar sobre las personas con problemas de salud mental, los centros que les atienden, el estigma que hay alrededor de ellas y cómo de opaca queda esa realidad. Ese es el punto de partida; no obstante, hay mucho más en la primera novela de Mateo Martínez: «Creo que mi perspectiva de escritor es realista y quería también criticar la precariedad laboral de la gente de mi generación. Y de cómo el trabajo transforma nuestra percepción de la realidad: nos hace desconectar de lo colectivo y volvernos individualistas, olvidándonos de los problemas reales».
Esas circunstancias harán que en la novela, Juan, el protagonista, sufra física y mentalmente por la presión de asumir ambos trabajos, ver que su vida social desaparece -en pleno verano-, y asumir que se distancia de su pareja. «Quería reflejar cómo el trabajo nos aleja de nuestra propia naturaleza, que en realidad es lúdica. El ser humano aprende divirtiéndose y conforme crecemos nos alejamos de esa naturaleza», resume el autor, que hace que Juan reflexione con digresiones internas.
En la historia de Mateo Martínez Martija hay también una actitud de superación y lucha contra los elementos cuando tanto Juan como su novia Sara deciden crear, de manera altruista, una compañía de teatro con los internos del centro en el que trabaja. Y cómo han de enfrentarse a quienes ponen pegas a todo aquello que suene a diferente. A nivel literario aprovecha esta parte de la novela para crear una obra dramática que es la que los actores tratarán de representar, si les dejan. «Es un grito hacia la salvación que provoca el arte en el ser humano», resume.
Voces desde el fondo ya está en las librerías, pero además el autor hará varias presentaciones tanto fuera de Burgos como en su ciudad: el 8 de marzo en la sala Polisón (20 horas) y el 11 de abril en La Figa Ta Tia junto a Daniel Guantes (19 h.).