Serán los siete primeros kilómetros en servicio en la provincia de Burgos y, para entonces, aún habrá que resolver las incontables incógnitas que aún rodean a los tres tramos pendientes en el territorio. Sin embargo, la prolongación de la A-12 (autovía a Logroño) entre la localidad riojana de Santo Domingo de la Calzada y Villamayor del Río supondrá un golpe de efecto llegado el momento.
Aún habrá que esperar a la llegada del otoño de 2025 -en el mejor de los casos- para que los vehículos disfruten de la doble vía en un trazado que avanza a varias velocidades a lo largo de esos 14 kilómetros previstos sin grandes avances registrados sobre el terreno en los últimos meses.
El sector más cercano a Santo Domingo ya luce la primera capa de firme y se encuentra en la fase final de su construcción, cimentación y pavimentación, aunque a medida que se avanza hacia la localidad de Grañón -aún en La Rioja- el alquitranado se difumina para dejar el protagonismo a la tierra.
Sin embargo, entrados en la provincia burgalesa sí se deja notar una mayor actividad. Sobre todo, en la futura conexión entre Redecilla del Camino y Castildelgado. La red de pasos elevados emerge y se afianza a los lados mientras la traza deja entrever el ancho de la plataforma y el rumbo a seguir para conectar con la parte riojana. Queda tajo por delante, pero actualmente el movimiento es mayor que hace unos meses. Aunque sería de desear que los avances fueran más importantes para no añadir más demoras a una infraestructura ya de por sí muy dilatada en el tiempo.
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