Tudanca renuncia al PSOE para evitar un «choque» con Martínez

David Alonso
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El todavía secretario general asegura que es una decisión «puramente personal» a la que «nadie» le ha obligado, al tiempo que garantiza su «apoyo» y «respaldo» al alcalde de Soria

El secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, comparece para anunciar su renuncia a la reelección del partido. - Foto: Leticia Pérez (Ical)

«Ha llegado el momento de que llegue otro que haga más para lograr por fin un gobierno socialista en esta tierra». Mil cincuenta y ocho días después, Luis Tudanca decidió reciclar ayer aquella célebre frase que, cariacontecido, verbalizó la noche del 14 de febrero de 2022, para confirmar, esta vez de forma oficial, su adiós a la dirección autonómica del PSOE. Un «volantazo» a última hora con el único objetivo de evitar un «choque» frontal con Carlos Martínez que parta a la mitad un partido que recibió «roto» y que «tanto costó unir», recordó, y añadió: «No quiero participar en algo que genere división en el partido». No había pasado ni una hora de su renuncia y varios secretarios provinciales socialistas ya 'celebraban' en las redes sociales la «nueva etapa de oportunidades» para el PSOE autonómico con la renuncia del burgalés. Un ajuste de cuentas en el que se negó a entrar Tudanca, que rechazó sentir «ninguna decepción, ni rencor ni nostalgia». «Doy este paso pensando en el proyecto común del PSOE de Castilla y León».

Sin reproches pero con mensajes claros hacia dentro y fuera de la federación, el todavía secretario regional del partido confirmaba que no se presentará a la reelección. Escoltado por una reducida parte de su Ejecutiva formada por Rosa Rubio, Alicia Palomo y José Luis Vázquez, fue claro: «Es lo mejor». Ante una sede socialista en la que incluso se vieron lágrimas de miembros del equipo de Tudanca, el burgalés daba por finiquitada una década al frente del PSOE de Castilla y León tras una decisión «estrictamente personal» que llega tras el barrizal interno vivido en los últimos meses con la dirección federal del partido:«Nadie me ha obligado a irme». No obstante, no ocultó las «muchas dudas» que le han asaltado durante las últimas semanas sobre la conveniencia, o no, de presentar batalla por el liderazgo del Partido Socialista.

«Es un volantazo necesario para evitar un choque de debilitaría al PSOE y daría una baza al PP ante un posible adelanto electoral», se explicó Tudanca, conocedor de primera mano de las secuelas internas de unas primarias fratricidas como las que le auparon a la dirección autonómica en 2014. «Los adversarios del PSOE están fuera, no dentro del partido», reiteró el socialista, que consideró que la federación de Castilla y León saldrá «más fuerte» con su renovación tras evitar la fractura interna, pero advirtió de que unir a los distintas 'familias' socialistas es la «única manera de ganar» las elecciones autonómicas.

Un «volantazo» que tiene también mucho de giro argumental y que, en este caso sí, choca con sus propias palabras de hace menos de tres semanas, cuando vinculó su futuro en el partido con lo que «decidan los militantes y no un dedo divino». Finalmente no han sido los militantes los que le han tenido la última palabra sobre su continuidad, o no, al frente de la dirección del partido, pero quiso «agradecer» a las bases en varias ocasiones su apoyo durante los últimos años y meses: «Hoy algunos se sienten un poco huérfanos».

«Apoyo y respaldo»

El Partido Socialista de Castilla y León se enfrenta, ahora ya de forma oficial, a su primera gran remodelación en una década que llegará de la mano del alcalde de Soria, Carlos Martínez, que llevaba varias semanas jugando al despiste sobre una candidatura que hoy presentará formalmente. Una única condición puso el soriano para optar a suceder a Tudanca –la de ser el único aspirante–, y ya se ha cumplido tras la renuncia de Tudanca. Movimiento que deja vía libre a Martínez para dar el salto de la colección de mayorías absolutas de la capital del Duero a un tablero político autonómico en el que el PSOE sigue sin encontrar la jugada que dé 'jaque mate' a casi cuatro décadas de gobiernos del PP. «Es una tierra muy difícil y muy compleja pero merece tanto la pena que requiere que sigamos apostando por ella».

No han sido pocos los elogios y «buenas palabras» que el todavía líder del PSOE de Castilla y León tuvo para Carlos Martínez, al que garantizó su «apoyo, cariño y respaldo» al frente de la federación socialista, y aseguró que se guardará sus consejos «solo» para cuando se lo pidan. «Si él es el secretario general va a tener todo mi respaldo», dijo Tudanca, que reconoció que habla «casi a diario» con su sucesor desde hace semanas y miró a las bases para pedirlas que apoyen al nuevo líder socialista con «tanta fuerza y tanto cariño» como lo han hecho con él.

El socialista, que negó estar en «negociaciones» sobre un futuro que vinculó a lo que decida el nuevo secretario general, sí que confirmó que seguirá «luchando» por lo que denominó como la «ilusión política de toda una vida» tanto como militante como secretario regional del PSOE: un gobierno socialista en Castilla y León. «A ello voy a seguir dedicando todos mis esfuerzos», verbalizó Tudanca, que no pudo evitar caer en la melancolía y recordar que este sueño lo llegó a tocar «con la punta de los dedos» en 2019. «Es la espinita que tengo clavada».

¿Cuál será su futuro político?

Tudanca no reveló cuál será su futuro a partir de ahora, se puso a disposición del partido, y aseguró que abordará con Martínez la situación en la que queda el Grupo de las Cortes y su cargo de portavoz.

Relación con Sánchez

El socialista desveló que hace tres días le comunicó su decisión a Pedro Sánchez, quien, según dijo, le «agradeció» la labor que ha desarrollado durante estos más de diez años al frente de la formación.

«Mala noticia» para el PP

Se mostró convencido de que la llegada de un nuevo líder el PSOE saldrá «más fuerte» y le darán una «mala noticia» al PP en una tierra que insistió necesita un gobierno socialista «más que el comer».

Un «modelo de éxito» de 10 años

Tudanca aprovechó su balance para defender que había puesto en marcha un «modelo de éxito» con un partido «autónomo» que «solo» mira por Castilla y León, y  con una «alternativa de gobierno».