En los últimos días han sido varios los incendios originados en viviendas que han movilizado a los Bomberos de Burgos capital. Uno de ellos, lamentablemente, terminó de la peor manera posible. Todo indica a que una intoxicación por humo tras dejarse una sartén al fuego fue la causa de la muerte de un hombre de 80 años el pasado 6 de noviembre en un piso del barrio de Vadillos. Fue la tercera víctima mortal por este tipo de siniestros en un año trágico. Los olvidos son, precisamente, una de las principales causas de siniestros en domicilios particulares. También las estufas o las sobrecargas eléctricas. Se acercan fechas en las que este tipo de incidentes se multiplican, de ahí que desde el parque vean conveniente recordar una serie de consejos para evitar que esto suceda en nuestras casas. 

Hace casi un año, una mujer de 88 años falleció en su propia vivienda de la calle Calleja y Zurita después de que la cama eléctrica en la que dormía provocase un fallo y comenzase a arder. La persona que le asistía y una vecina tuvieron que ser atendidas tras sufrir una intoxicación. Esta segunda, a punto estuvo de fallecer también, pues la Policía Local cuando ya se encontraba inconsciente en su domicilio. 

Apenas un mes después, un hombre de 48 años y natural de Rumanía también pereció tras un incendio en la calle Fray Esteban de la Villa, en San Pedro y San Felices. Al parecer fue una colilla de una habitación anexa a la que dormía la que originó tan terrible siniestro en el que más personas resultaron intoxicadas. 

La tercera muerte del año tuvo lugar hace apenas un mes en el barrio de Vadillos. Un hombre de 80 años perdió la vida tras, todo parece indicar, olvidarse la sartén al fuego e intoxicarse por el humo originado por las llamas. Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvarle la vida. A estos tres fallecidos hay que sumar otro más en el último lustro, así como decenas de heridos e intoxicados, los últimos ayer martes en Capiscol, donde los bomberos salvaron a dos personas de morir asfixiadas tras un incendio en un piso de la plaza Foramontanos. 

Pese a lo que pueda parecer, los mayores no son los únicos que se dejan olvidadas cazuelas o sartenes al fuego. Desde el Servicio de Extinción se han encontrado últimamente muchos jóvenes con este tipo de despistes. A este respecto, poco consejo se pude aportar más allá de que es esencial estar muy atento a lo que se está cocinando. Sobre todo, si se va a salir de casa. 

Tradicionalmente el invierno es una época complicada en cuanto a incendios en viviendas. Una de las principales razones es la presencia de estufas y otro tipo de calentadores alimentados con gas natural o propano. Pero el peligro no sólo está en el fuego que pueden causar si no se tienen en cuenta una serie de prevenciones, sino también el humo y el dióxido de carbono que pueden emitir hasta generar una intoxicación. En este sentido, desde los Bomberos recuerdan que lo mejor es mantenerlos apagados si nos vamos a dormir y, durante el día, alejarlo de lugares, como sofás, mantas y otros elementos que puedan desencadenar un grave siniestro. 

Este último consejo es aplicable también a las estufas eléctricas que tengan algún tipo de resistencia, pues igualmente pueden originar llamas si entran en contacto con determinados materiales. Más allá de ello, conviene no sobrecargar en exceso la instalación eléctrica, pues también es la causa de numerosos incendios en viviendas. 

Por ejemplo, el ocurrido hace apenas dos semanas en la calle Río Viejo, junto al edificio de Telefónica, donde todo apunta que fue una sobrecarga detrás del sofá lo que inició un siniestro que devoró un salón. Había, además, adornos navideños que pueden ayudar a propagar aún más las llamas. Es por eso que desde los Bomberos invitan evitar instalaciones de luces que vayan directamente a la corriente.