Han pasado ya dos años y medio desde que los sindicatos y la Consejería de Educación acordaran una mejora de las condiciones laborales del personal docente de colegios e institutos, recuperándose así una situación que se había perdido con la anterior crisis económica. Sobre el papel quedaba recogida una rebaja progresiva de las ratios, que sí que se ha cumplido, y una reducción de la carga lectiva del profesorado, traducida en una hora menos (24 en el caso de los maestros y 18 en el de profesores de Secundaria y Formación Profesional). Son los primeros, a través de los equipos directivos de los centros, los que alzan de nuevo la voz para denunciar que ese tiempo de «liberación» continúa sin cubrirse con más personal, lo que se ve traducido en un recorte de los apoyos y refuerzos en el aula y, por tanto, en la calidad de la enseñanza y el rendimiento del alumnado.

Tras acudir en varias ocasiones al servicio de Inspección de la Dirección Provincial de Educación, varios directores de colegios de la capital se han unido en esta reivindicación compartiendo un escrito que han remitido directamente a Valladolid y en el que exponen la situación y sus consecuencias. Hacen referencia en este punto a que se han visto mermados distintos apoyos que se prestan a los escolares para evitar un desfase curricular en áreas como pueden ser Lengua, Matemáticas o Inglés. A modo de ejemplo, aluden a esa práctica de la codocencia, que impulsa precisamente la Lomloe, por la que mientras un docente imparte clase otro compañero atiende de forma individualizada a los alumnos que presentan dificultades como el desconocimiento del idioma o problemas de lectura y escritura.

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