El Ayuntamiento de Hortigüela se ha visto forzado a tomar una medida drástica y contraproducente para todos los vecinos ante el incumplimiento de unos pocos, que seguramente ni siquiera residen en el pueblo. El punto limpio no se volverá abrir ante la imposibilidad de evitar que se convierta recurrentemente en una escombrera y el riesgo de que en cualquier momento reciban una sanción del Seprona de la Guardia Civil o de Medio Ambiente. Su decisión abre el camino a otros municipios, como por ejemplo el Valle de Tobalina, cuyo alcalde reconoce que se plantea seriamente cerrar la instalación de Pedrosa después de haberla cambiado ya de ubicación en tres ocasiones sin conseguir que se ciñan a las normas de uso.
'Se ruega igualmente que respeten el día señalado para depósito del mobiliario, para evitar que la zona se convierta en un estercolero'. Estas palabras, en negrita y mayúsculas, se leen en el bando que el Ayuntamiento de Tordómar ha publicado esta semana para anunciar la llegada del camión del Consorcio Provincial de Residuos. Como este, muchos otros pueblos se hartan de pedir por las buenas un uso responsable de las instalaciones, pero hasta ahora no habían trascendido soluciones drásticas.
«Menos punto limpio era de todo. Venían de otros pueblos a tirar cosas de obras y de reformas, vaciaban casas y te traían de todo», explica el alcalde de Hortigüela, Juan Martín, que justifica la medida. «Nos hemos visto obligados, porque la situación no se puede mantener así», apunta para recalcar que hasta la fecha habían tenido suerte de no encontrarse uralitas u otros materiales nocivos para la salud y muy costosos de eliminar. En cualquier caso, como les ocurre a los municipios con escombreras ilegales, han tenido que invertir dinero del municipio en limpiar la instalación.
El punto limpio de Pedrosa de Tobalina en una imagen en la que se ven neumáticos, bombonas de butano y todo tipo de residuos, que se depositan sin control. - Foto: Iker A.El viernes pasado acudió una empresa contratada por el Ayuntamiento para retirar todo el material allí acumulado, arreglarlo y dejar el acceso precintado. Como en el momento de marcharse no tenían un candado, cerraron con unas bridas. A los dos días, se las encontraron rotas. El motivo: tirar allí unas puertas y unas ventanas, detalla Martín.
El punto limpio funcionaba desde hace muchos años, «pero cada vez ha ido a peor», y aunque en numerosas ocasiones han informado al vecindario de que solo depositasen allí objetos una vez al mes, cuando tenía prevista la recogida el camión del Consorcio Provincial de Residuos, no han conseguido evitar los comportamientos incívicos. Tampoco ven viable controlarlos de otra manera que no sea el cierre. «No vas a estar de vigilante 24 horas», apunta Martín, con la agravante de que a la instalación se puede llegar por 3 o 4 sitios y quienes la utilizan de escombrera se conocen esos caminos.
Quejas de los vecinos. Un vecino de Pedrosa de Tobalina asegura a este periódico que ha acudido en dos ocasiones al cuartel de la Guardia Civil de Quintana Martín Galíndez por la situación del punto limpio. «Me ponen excusas para que no denuncie», asegura, al tiempo que se queja de que el Ayuntamiento no responde a sus escritos y que solo bajo amenaza de acudir al Seprona envía a personal municipal para limpiarlo, mientras que son los propios vecinos los que tienen que barrer los cristales una vez que retiran algunos enseres. «Se ha llegado a llenar de todo tipo de vertidos contaminantes y que son un riesgo real de incendio, existiendo viviendas justo al lado: aceites, gasolina, ropa, neumáticos, baterías, bombonas de butano...», enumera para reclamar una solución a los vertidos incontrolados en Pedrosa.
El alcalde del Valle de Tobalina, Jesús Ángel López de Mendoza, reconoce que ha recibido quejas y que, inicialmente, estaban motivadas, pues se produjo una falta de entendimiento entre el Ayuntamiento y el Consorcio debida al cambio de ubicación del punto limpio -que realizó el anterior equipo de gobierno-, por lo que se demoró la recogida. Solventado ese problema, asegura que tanto el ente provincial como el Consistorio han realizado esfuerzos para acudir a llevarse enseres fuera de las fechas fijadas.
«En el anterior punto limpio me encontré hasta un motor y en el primero, que estaba en frontón, la gente prendía fuego a los sofás», explica. «Aquí no se pueden tirar ruedas de tractor, depósitos de agua... El problema es el incivismo de la gente. Entonces, ¿qué decisión tomo?», se pregunta López de Mendoza, quien ya sopesa seriamente clausurar este punto y que «todo se lo tengan que llevar a Medina de Pomar», recalca.
Como presidente de la Mancomunidad Comarca del Ebro Nela, López de Mendoza recorre «todos los pueblos» y sabe que comparten la preocupación, fundamentalmente en época estival. «Esto no pasa en noviembre o en febrero», apunta. «En Barcina del Barco tengo un problema aún más grande que este de Pedrosa, porque no puedo ni pasar a recoger el cartón de la basura que hay», se lamenta.