La búsqueda de la fortuna, del golpe de dinero que permita dejar de trabajar, comprar una casa más grande, un coche mejor o viajar, cuesta cada año a los burgaleses más de 140 millones de euros. Pese a las dificultades económicas, la inflación y las incertidumbres, estamos ante un gigantesco gasto, equivalente a buena parte del presupuesto de los dos tramos actualmente en obras de la autovía A-73, el de Quintanaortuño-Montorio y el de Báscones de Valdivia y Aguilar. Es un desembolso que no duele, porque año tras año, tras el parón de la pandemia, mantiene un crecimiento cercano al dos por ciento anual (1,8% en 2023)
Son 426 euros al año de media por burgalés mayor de 18 años, unos 35 euros al mes destinados a la compra de un billete de lotería, al pago de boletos de alguno de los más de treinta juegos de azar de todo tipo de nombres y modalidades que tientan con suculentos premios en metálico y cuyos sorteos están repartidos a lo largo de todos los días de la semana sin descanso.
A este dinero al que hay que sumar el destinado al floreciente juego online, apuestas de todo tipo, juegos de cartas digitales, bingos, etc., realizados desde una pantalla digital y sobre el que no existe un control provincializado. Es un universo del juego muy utilizado por los jóvenes, que ha crecido a un ritmo del 28% durante el último año, superando los 1.230 millones de euros a nivel nacional.
Dicho esto, el burgalés sigue siendo un jugador tradicional, de punto de venta (ventanilla y barra de bar, preferentemente). Estas costumbres se justifican en que más de un tercio de los mayores de edad a los que la ley les permite jugar son jubilados, que ajustan su pensión de tal forma que puedan reservar algo de la misma a la suerte. Asimismo, apenas un 8,3% de lo que se apuesta en los sorteos tradicionales se hace a través desde su móvil o desde un ordenador.
En el caso de la Lotería de Navidad, apenas un 3% de las compras son online. Este es un dato importante, porque el último sorteo del año es la estrella indiscutible y aglutina el 33,8% del gasto total en la suerte de los burgaleses. En 2023 fueron 47,4 millones destinados a la tradición de la compra de billetes en los 103 puntos de venta de loterías o mixtos repartidos por toda la geografía provincial, además de bares y empresas, y a su intercambio entre familiares, amigos, compañeros de trabajo y un largo etcétera de compromisos que obligan a su oportuno desembolso.
Los balances de Loterías y Apuestas del Estado constatan que la compra de décimos del Gordo de Navidad arranca con fuerza la primera semana de julio, cuando se inicia la venta, pero es a partir de octubre cuando se supera el millón de euros en gasto a la semana, hasta llegar a los casi 4 millones semanales en noviembre y los primeros días de diciembre, cuando empresas, hostelería y familias ponen toda la carne en el asador.
Justo antes de la celebración del mítico sorteo, las 29 administraciones de lotería y el resto de puntos de venta mixto liquidaron más de 14 millones de euros el pasado año, resultado del total de décimos vendidos sobre los consignados.
Se trata de una cantidad de dinero que no alcanzan muchas inversiones industriales ni muchos equipamientos educativos, sanitarios o culturales y que es muy excepcional el año que se recupera a través del reparto de premios.
Novedades. Tras la Lotería de Navidad, el sorteo de los sábados es el que más adeptos tiene en la provincia (37,6 millones), seguido de la Primitiva (16,1 millones) y el Euromillones (9,8 millones).
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