Endosan a médicos y pacientes el colapso con las resonancias

G.G.U. / Burgos
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De las 500 pruebas en cola, el HUBU se hace responsable de una. Aun así, personas con urgencia de un estudio no consiguen cita en menos de diez días

El HUBUestá cambiando ahora una de sus resonancias, lo cual ha obligado a contratar un camión con equipo y personal para seguir haciendo estas pruebas tan demandadas. - Foto: Luis López Araico

El HUBU cerró el 2023 con 499 resonancias pendientes, pero, según información oficial, solo en un caso puede atribuirse la espera a los recursos y medios del hospital. El resto se aplazaron, según la Consejería de Sanidad, por decisión del propio paciente (20) o por criterio clínico (478). Así, esta estadística da a entender que las esperas -más bien largas- para la realización de esta prueba no tiene que ver con la capacidad, personal y organización de Sacyl, sino con otras razones. Y, sin embargo, este periódico ha comprobado que pacientes con urgencia de un estudio de este tipo para evaluar ahora la progresión de su enfermedad y adecuar el tratamiento, no lo consiguieron en el plazo estimado por el médico que lo pedía (10 días) y perdieron la consulta en la que se debía revisar.

La resonancia magnética es una técnica diagnóstica imprescindible para el seguimiento de los pacientes con cáncer, pero también de aquellos con enfermedades neurodegenerativas, algunas neurológicas o determinadas infecciones. Teniendo en cuenta que las primeras consultas por cáncer se incrementaron un 60% en el HUBU entre 2018 y 2022 y que la incidencia de patologías neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson también va en aumento, cada vez hay más demanda de resonancias y, por tanto, mayor lista de espera.

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