El recurso a la huelga pierde fuerza sin mermar los acuerdos

G. ARCE / Burgos
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Los anuncios de paros -incluso de carácter indefinido- han aumentado este verano, aunque también los pactos logrados 'in extremis' tras horas de negociación para evitar detener la producción de las empresas y la pérdida de salarios

El recurso a la huelga pierde fuerza sin mermar los acuerdos - Foto: ALBERTO RODRIGO

Convocar una huelga es relativamente fácil; desactivarla una vez comenzada no, porque ya nada es igual en el clima interno de una empresa tras vivir días de un conflicto enconado. En este argumento coinciden sindicatos y patronal tras un verano laboral más movido de lo que se esperaba, en el que las desconvocatorias in extremis ganan la partida a los conflictos que han detenido la actividad de las empresas. 

La callada labor de mediación del Servicio de Relaciones Laborales (Serla), tan denostado en los últimos años desde las filas de Vox, el mullido colchón preventivo de los ERTE (los días de paro sin despidos cuyo uso se ha generalizado) y, muy especialmente, las horas y horas de negociación entre comités de empresas, representantes sindicales y directivos han consolidado una paz social en Burgos en la que hoy es posible discrepar del todo o del casi todo sin parar de trabajar.

La plantilla de Lear Ara, con más de 270 trabajadores en su haber, inició julio convocando una huelga indefinida. Lo mismo hizo ITW España, la antigua Duo-Fast, con 48 empleados en nómina, a principios de septiembre. En ambos casos no fue el Serla el que logró el acuerdo -aunque sí estuvo en la negociación hasta el final- sino la reunión entre todos los interesados para resolver unos conflictos que llegaban en el peor momento para ambas empresas.

Lear Ara blindo su empleo cuando está al límite de perderlo por la falta de nuevos modelos de automóviles en un horizonte próximo. ITW hizo lo propio por un pacto estratégico sorteando la que sería su primera huelga en sus 53 años de historia en Burgos. «Estuvimos cuatro horas reunidos hasta más allá de las 10 de la noche y nos faltó poco para que el primer turno de trabajadores se plantase a las puertas de la empresa a las 5 de la mañana...», recordaban desde el comité de empresa de la fábrica de clavos industriales de Villalonquéjar. 

Ni en ITW ni Lear Ara deseaban una huelga en plenas vacaciones de verano, pues suponía pérdida de salarios, parones en la producción muy dañinos y la posibilidad de perder definitivamente todos los objetivos económicos o laborales por los que estaban luchando. Es más, no son pocas las huelgas que generan una herencia de despidos, suspensiones de inversiones o parones de proyectos...

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