Si hasta ahora la Concejalía de Licencias del Ayuntamiento de Burgos ha exonerado a los locales en los que se producía un traspaso e iban a ser reformados de la obligación de realizar obras de accesibilidad para eliminar las barreras arquitectónicas y adaptar sus instalaciones para acoger en las mejores condiciones a personas con movilidad reducida, a partir de ahora la situación va a dar un giro de 180 grados. Tras una reunión técnica, la decisión que se ha adoptado es que se va a comenzar a exigir a estos establecimientos que cumplan con una normativa que, en no pocos casos, les exigirá que realicen obras en la puerta de acceso, pero también en el interior del local.
Hasta la fecha, el Ayuntamiento había sido comprensivo con este tipo de locales al entender que en muchos casos resultaba complicado adaptarlos ya que los edificios en los que se ubican fueron construidos hace décadas, sin tener en cuenta estas consideraciones y en los que no era difícil encontrarse con puertas en las que no entra una silla de ruedas, con escaleras tanto a la entrada como dentro del local, con itinerarios estrechos o con baños que no están preparados para acoger personas con movilidad reducida.
Dicho de otra manera, si algún ciudadano tiene la tentación de coger el traspaso de un local y pretende reformarlo, deberá saber que el Ayuntamiento va a ser inflexible ya que entiende que estas situaciones no se pueden perpetuar en el tiempo. Si ese local que se transmite no se adapta, no conseguirá la autorización municipal para el desarrollo de la actividad.
Se librarán de esta obligación, eso sí, aquellos locales en los que se haya producido la transmisión de la licencia, pero el nuevo titular decida no realizar obra alguna.
También están exentos aquellos negocios que no cumplen las últimas exigencias en materia de accesibilidad, pero a los que no les ha afectado la normativa ya que únicamente era de aplicación para la apertura de nuevos negocios.
El concejal de Licencias, Miguel Balbás, detalla que los técnicos comenzarán a aplicar esta nueva exigencia de manera inminente, «a lo largo de las próximas semanas».
El edil detalla que se «va a exigir que el local» que ha sido traspasado «tiene que se accesible en todos los conceptos». Es decir, no será suficiente con colocar una rampa en la puerta de acceso para, por ejemplo, evitar un escalón.
Afectará a los negocios de hostelería y también al comercio. Esta decisión va en la línea de la política emprendida por el Ayuntamiento desde hace años de avanzar en la eliminación de barreras físicas.