Si el subdelegado del Gobierno lo tiene muy claro es porque en el Ministerio de Transportes también lo tiene. La construcción del tercer carril en la AP-1 es el proyecto menos prioritario en materia de infraestructuras en la provincia de Burgos. Así de simple. Ni siquiera los atascos que se producen en este verano, día sí y día también, en la doble vía hacen retroceder a Pedro de la Fuente en su convicción de que la ampliación de la autopista ahora no toca. Y que la construcción de las dos nuevas conexiones -en Monasterio y Zuñeda- servirán  de vías de escape a la N-I cuando se colapse la infraestructura, una Nacional que «hará perfectamente de tercer carril».

Además, fundamenta razonamiento en criterios económicos. «Esa obra tiene un coste significativo y con los actuales presupuestos está fuera de lo que nos podemos permitir», afirmó ayer en el kilómetro 36 de la AP-1, en Briviesca, donde acudió para presentar el dispositivo conjunto que han diseñado Guardia Civil y Guardia Nacional Republicana portuguesa para patrullar en esta operación retorno en el eje que une Miranda de Ebro con Burgos.   

Los ritmos que ha imprimido el Ministerio a ambos proyectos sugieren que en Madrid comparten lo que dice De la Fuente o, más bien, al contrario. A pesar de que el estudio informativo del tercer carril se inició antes y recibió en primer lugar el visto bueno de medio ambiente, el que avanza a más velocidad es el de las conexiones, que ya se halla en la fase previa para iniciar la licitación de los proyectos de ejecución.

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