La provincia necesitará 20.000 nuevas viviendas

DIEGO ALMENDRES / Burgos
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Las últimas proyecciones elaboradas por el INE hasta el año 2039 avanzan un crecimiento demográfico que, de cumplirse, exigirá un incremento del ritmo actual de un mercado estabilizado

Las grúas son protagonistas en varios puntos de la capital y reflejan la actividad del sector. - Foto: Valdivielso

Las proyecciones a largo plazo realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no son axiomas herméticos, pero sí son herramientas sociológicas y económicas interesantes para intuir el devenir de los acontecimientos y anticipar su impacto real. En este caso, el estudio bianual del organismo revela que la provincia de Burgos necesitará 20.300 viviendas más en los próximos 15 años para cubrir el crecimiento poblacional estimado.

Alcanzar esta cifra exigiría un importante aumento del volumen del parque actual y sería necesario concretar 1.350 operaciones al año.Este objetivo supera en un 20% el número de visados contemplados por el propio INEen el territorio durante 2023, cuando alcanzó los 1.078.Del mismo modo, esta ambiciosa previsión está muy alejada de las referencias históricas de los días de vino y rosas del ladrillo. Solo en 2006 se contabilizaron oficialmente 6.351 operaciones, algo impensable en el escenario actual.

El tiempo dirá cómo se comporta el mercado de vivienda nueva en el futuro a corto y medio plazo. Ese millar de registros sostenido desde el cada vez más lejano 2020 es un respiro para el sector superada la década de barbecho provocada por la crisis. El precio desorbitado del alquiler y la flexibilización de los créditos impulsan en los últimos tiempos la compraventa y dinamizan una actividad que, eso sí, no alcanza el ritmo planteado en las previsiones del INE.

Sin embargo, los datos de hoy no tienen por qué ajustarse al devenir de los acontecimientos a 15 años vista. «Es un planteamiento absurdo. Lo que cuenta es que, de momento, las cosas van bien», zanja GonzaloLópez Recio.El presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Burgos (Abuproin) destaca el buen ritmo de las promociones  y se muestra esperanzado por las actuaciones programadas. Por eso centra el foco en el futuro inmediato. «Ni el INE ni nosotros sabemos qué va a pasar», resuelve.

Visto lo ocurrido en el primer cuarto de siglo, López Recio aboga por un discurso cortoplacista y sosegado para referirse a un mercado que quiere huir de los característicos altibajos. «Lo importante es mantener esta estabilidad», explica López Recio, quien aplica el mismo planteamiento ante un giro a peor no contemplado. 

«No creo que vaya a pegar un bajón fuerte porque no se dan las circunstancias para que ocurra», subraya, para olvidar de una vez por todas lo ocurrido la pasada década. «Hemos tenido diez años del horror, pero también ese periodo en seco nos ha venido bien», matiza. 
Por todo ello, el presidente de la entidad provincial que agrupa a numerosas compañías insiste en que «no es prudente» hacer proyecciones a largo plazo, si bien«el panorama es favorable» y sí se pueden intuir los movimientos del mercado a dos o tres años vista. 
Son muchos los factores de la ecuación y todos juegan su papel, aunque son muchos los elementos decisivos.Es el caso de la dificultad de acceso a la vivienda, sobre todo entre los jóvenes. 

«Para sacar adelante esas viviendas tiene que haber compradores en disposición de adquirirlas.Se han encarecido los costes de la construcción y los de la vivienda y a eso hay que sumarle lo que pueda ocurrir con los tipos de interés. Además, estamos en un periodo en el que se hacen edificios en alturas con 200 hogares y las estadísticas pueden variar mucho en función de si sale o no una promoción de este estilo», expone en este caso Javier Achirica, presidente del Colegio de Arquitectos.

«Si hay más acceso al crédito y no haya precariedad en los salarios» el escenario sería «favorable», aunque en este momento 2039 queda lejos. «Se dice que en España vamos a una población que alcanzará los 50 millones de habitantes.Si eso es realmente así, porque no sé de dónde sale, provocará una mayor necesidad de vivienda, pero tengo mis dudas», indica Achirica, quien sí destaca el periodo de aparente tranquilidad que vive el sector. «Desde 2013, que fue el peor año, hubo un crecimiento y ahora llevamos unos años de estabilidad», apunta, para reconocer que los datos que dejó el ladrillo en los primeros años del sigloXXI eran «excesivos».

Esa proyección al alza en el número de hogares con vistas al aún lejano 2039 atiende a la demanda del crecimiento de población previsto por el INE. De hecho, la provincia rompe en este momento su tendencia demográfica negativa a pesar de que la capital ha perdido 5.000 habitantes en una década. 

El conjunto del territorio crece con respecto a los últimos estudios. Tal y como recoge el 'censo anual de población 2021-2023' elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, hasta alcanzar los 357.370 habitantes, si bien cuatro de cada diez habitantes es originario de otros territorios y eso permite revertir la caída ya de las últimas décadas. 

Esta es la mejor cifra en los últimos cuatro años (357.650 se contabilizaron en 2020) y la proyección descrita hasta 2039 prevé que se puedan superar rozar los 368.000, un número alejado de los 375.000 habitantes registrados en los años 2009 y 2011.