El Plan Sectorial de los servicios de prevención, extinción de incendios y salvamento de Castilla y León contempla la eliminación de 8 de los 19 parques de bomberos voluntarios de la provincia de Burgos. El decreto aprobado el miércoles por el Consejo de Gobierno de la Junta, tras consultar a las Diputaciones y a los municipios más grandes, ha levantado una ola de indignación entre los vecinos de las localidades afectadas y su área de influencia. Según el documento, perderían el servicio que hoy prestan voluntarios Castrojeriz, Espinosa de los Monteros, La Puebla de Arganzón, Oña, Pradoluengo Quintanar de la Sierra, Santa María del Campo y Torresandino. Se crearían dos en Quincoces de Yuso (Valle de Losa, ahora dependiente de Medina de Pomar) y en Quintana Martín Galínez (Valle de Tobalina, hoy enmarcado en Oña) se mantendrían los de Briviesca, Lerma, Medina de Pomar, Huerta de Rey, Salas de los Infantes, Villadiego, Belorado, Sedano, Soncillo y Villasana de Mena.
El documento establece “la distribución mínima de los parques de bomberos en el territorio de Castilla y León, dentro de cada una de las áreas de intervención determinadas, para cubrir al total de la población en un tiempo de respuesta de referencia inferior a 30 minutos y garantizar una prestación homogénea”, que en el caso de Burgos se antoja ya imposible sobre el papel en algunas comarcas. Por ejemplo, desde Salas de los Infantes no se puede llegar a Neila en media hora y menos en invierno. Además, resulta previsible que con el funcionamiento de la presa de Castrovido y su nueva área recreativa, las intervenciones por ahogamientos y otros sucesos aumenten exponencialmente. Tampoco se entiende la desaparición del parque de Pradoluengo, que realiza numerosas salidas a rescates de senderismo y montaña, por poner solo dos ejemplos, o el cierre de las instalaciones de Oña, reformadas recientemente y con un nuevo camión.
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