A principios del presente siglo, un grupo de mirandeses tuvieron una idea rompedora en su ciudad. Se les ocurrió inundar el ambiente de música en directo, de cultura a raudales. Ese proyecto se llamó Ebrovisión y, junto con la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, ha ido creciendo año a año hasta convertirse en un auténtico referente a nivel nacional. Los protagonistas para el gran público suelen ser Vetusta Morla, Lory Meyers o, como ocurre en la edición que comienza este jueves, Sidecars. Ahora bien, los pilares que sostienen al festival se encuentran entre bambalinas, son las personas que forman parte del colectivo organizador y que depositan horas de esfuerzo individual a cambio de nada.
El proceso hasta llegar a la actualidad no ha resultado ni mucho menos inmediato. La asociación ya tiene un buen cuerpo de miembros, el cual no para de crecer. Por ejemplo, Elia Artíguez, una de las benjamines, comenta que en los últimos años «se le ha ido dando más amplitud» al colectivo y apunta que «además ha entrado gente más joven, lo cual sirve para hacer una especie de renovación». Para esta mirandesa, los nuevos integrantes dan una aportación esencial, ya que ofrecen «ideas» que permiten «salir de la zona de confort».
Unido a ello, Artíguez reconoce que «cuantas más personas forman parte, el trabajo se puede repartir más y mejor». Y ahí está uno de los elementos esenciales que guían la actividad del colectivo: la labor del grupo, la unión. En este sentido, Imanol Serrano, uno de los miembros que menos tiempo lleva en la asociación, explica que siguen un modelo basado en compartir las funciones «porque unos manejan de una cosa y otros saben más de otras». Desde su punto de vista, «entre todos es como mejor salen los proyectos». No se equivoca, a juzgar por el éxito que cada año cosecha su festival estrella, Ebrovisión.
La Asociación Amigos de Rafael Izquierdo se ha ido renovando a la par que evolucionaba Ebrovisión. - Foto: Alberto RodrigoAhora bien, los recientes fichajes de la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo son conscientes de que hay algunos compañeros que se alzan como verdaderamente imprescindibles. Sobre ello, Jorge Sola, un joven integrante del colectivo, comenta que durante los meses previos al evento que comienza este jueves «tienes que meter algunas horas, pero todo es mucho más fácil porque los veteranos tienen tanto conocimiento que, aunque puedan darte algo de responsabilidad, todo parece muy sencillo».
En resumidas cuentas, en palabras de Sola, el funcionamiento de la asociación que organiza Ebrovisión «es una maravilla». Además, no solo se refiere a cuestiones técnicas o creativas, sino que también hay un elemento casi emocional en el que aquellos que llevan muchos años en la brecha se vuelven fundamentales. Por ejemplo, María José López, otra miembro reciente del colectivo, resalta que suele ponerse «muy nerviosa» cuando tiene que participar en una actuación con el Cuadro Artístico Mirandés o en aquellos espectáculos en los que debe adoptar un nuevo rol. También posee esa sensación «ante un evento como Ebrovisión», aunque aclara que percibe «muchísima calma» entre sus compañeros.
Y es que esas personas, según dice López, «tienen tanta experiencia que van paso a paso, como una hormiguita, para preparar todo y tenerlo controlado».Así, como no podía ser de otra manera, «transmiten calma y el trabajo se vuelve muy cómodo».
María José López.María José López | 48 años
"Para Miranda es bueno mantener el festival porque es un referente"
Ebrovisión, según dice su lema, se alza como un festival que enamora. Los mirandeses lo adoran y los foráneos también. Algunos visitan la ciudad, conocen el espectáculo y ya no quieren separarse de él, como le ocurrió a María José López. Esta valenciana llegó a la ciudad del Ebro hace ya varios años y, a través de sus compañeros de trabajo, oyó hablar del evento. Según relata, se acercó a la edición de 2012, siendo ese su primer festival, y acompañó a algunos amigos que estaban en la organización. Durante ese día, asegura que "vivió una experiencia tan buena" que quiso repetir. Y así, hasta hoy.
Desde el punto de vista de López, poder "disfrutar de la música en directo es un privilegio, incluso cuando no conoces a los grupos". Ella misma cuenta que, antes de desembarcar en la ciudad del norte de Burgos, no dominaba mucho el género indie propio de Ebrovisión, sin embargo, rápidamente entendió que el municipio debía "mantener el festival" dado que todos los convecinos se benefician al ser algo "bueno" y que se ha convertido en un "referente en el formato mediano".
Jorge Sola.Precisamente, para esta miembro de la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo "es mejor que un festival no esté masificado, porque así se puede disfrutar". Aunque Ebrovisión fue su primer contacto con el mundo de los eventos musicales de este tipo, después sí que ha vivido algunos como el BBK de Bilbao y cree que en la actividad mirandesa "está todo más a mano, es menos agobiante que uno grande y eso es mucho más agradable para todos".
Como el resto de sus compañeros, López destaca que para lograr que Ebrovisión resulte tan acogedor y acumule tanta calidad cultural, hace falta mucho trabajo. En su caso, comenta que no le "es desconocido del todo" porque pertenece al Cuadro Artístico Mirandés. Ahora bien, aclara que, pese a tener "similitudes", las sesiones de ese grupo guardan multitud de "diferencias" con el festival, porque "hay que abordar más campos, no es una sola representación en un recinto cerrado, sino que hay tanta gente que hay que estudiar planes de seguridad, gestión de residuos y muchas cosas más".
Jorge Sola | 28 años
Elia Artíguez."Esta asociación se involucra en tantos eventos que el esfuerzo merece la pena"
La Asociación Amigos de Rafael Izquierdo se alza como uno de los principales referentes culturales de la ciudad de Miranda. Todos los vecinos valoran su aportación y, precisamente, aquellos que la han disfrutado en primera persona a veces dan el paso de ayudar al colectivo. Así ocurrió con Jorge Sola, un joven de 28 años que acudió por primera vez a Ebrovisión cuando era solo un adolescente y, poco a poco, fue involucrándose hasta que en 2022 se adhirió oficialmente a la organización. Desde su punto de vista, "el esfuerzo" que realizan los integrantes de la agrupación "merece la pena" porque ofrece "tantos eventos" al público que casi les obliga a participar.
Eso sí, las ya tradicionales actividades han ido evolucionando, sobre todo, en el caso de Ebrovisión. Sola apunta que la edición de este año "va a ser diferente, por el recinto y por todo", aunque recalca que el mayor cambio a nivel personal llega porque jamás se había metido tan de lleno en la organización. Según relata, ahora pasa de "ser espectador a ayudar en que todo esto salga adelante", lo cual le genera "expectación y ganas". Al mismo tiempo, sin embargo, reconoce que acumula bastantes "nervios" por ver "cómo sale" la revolución en el modelo del festival.
En cualquier caso, este mirandés esta absolutamente convencido de que "todo irá bien". Gracias a esa confianza tan esencial, Sola apunta que "las ganas pueden a los nervios" y, entonces, no guarda en su interior ni un mínimo rastro "incertidumbre".
Imanol Serrano.Con todo, insiste en que "estar dentro del proyecto sorprende", ya que desde el exterior, como mero espectador, no acumulaba "responsabilidades" y en la actualidad debe colaborar en lo que sea posible. Ahora bien, considera que "eso también es algo que se disfruta bastante", dado que poco a poco va "aprendiendo" sobre los diferentes elementos que dan forma al acto.
Y es que son muchas las labores a tener en cuenta, todavía en mayor medida este curso, pues el festival va a "impulsar el tema del reciclaje y la sostenibilidad", lo cual obliga a Sola y al resto de sus compañeros a hacer una aportación extra para "intentar resaltar" el respeto medioambiental "aún más".
Elia Artíguez | 23 años
"Cuando cumples años, entiendes que tienes que pelear por lo que quieres"
Los miembros de la organización de Ebrovisión no buscan ningún rédito con su labor. Tampoco los más jóvenes. Con solo 23 primaveras, Elia Artíguez ya acumula a sus espaldas varias ediciones y considera que la ciudad del Ebro se alza como un referente del trabajo altruista. Según cree, "Miranda tiene un aporte añadido" porque "la gente intenta ayudar al que tiene al lado, mientras que fuera no se ve esa sincronía y aquí queremos apoyarnos sin recibir nada, o recibiendo algo que no sea económico, pero te llena".
Sin embargo, reconoce que las generaciones aún más jóvenes que ella a veces opinan que "todo viene dado", aunque al mismo tiempo lanza un mensaje de esperanza en tanto que considera que "cuando vas cumpliendo años, entiendes que tienes que pelear por lo que quieres". ¿Y qué deseaba ella cuando entró en la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo? Según explica, desde un principio le "gustaba el ambiente" de actividades como Ebrovisión, pero percibía que en su franja de edad "no tenía tanta amplitud". Así, decidió desmarcarse del resto y "luchar por dar un poco más de visibilidad a este mundo de la música para que pueda seguir adelante".
Ese paso al frente llegó hace ya casi cinco años. Durante los primeros compases de su colaboración en la organización del festival, Artíguez recuerda que "repartía revistas, pegaba carteles o echaba una mano en las taquillas". Ahora, con bastante bagaje acumulado, ya está disponible "para lo que haga falta". Sin ir más lejos, durante el 20 aniversario de Ebrovisión, que se celebró el curso pasado, fue la encargada de asegurarse de que en los camerinos no faltara de nada. En resumidas cuentas, describe que cada uno de los miembros de la asociación trata de "hacer todo lo que se pueda para echar una mano y, sobre todo, aportar en aquello que se da un poco mejor". Además, Artíguez reconoce que su labor dentro del colectivo le sirve para "disfrutar con esta gente, que ya se ha convertido hasta en una pequeña familia".
Imanol Serrano | 30 años
"Ver cómo se va dando cada paso de la preparación te llena, es algo muy bonito"
Quienes asisten a un festival, en ocasiones, solo se percatan de lo que está sobre el escenario. Natalia Lacunza, por ejemplo, sube a la tarima y eclipsa lo demás. Sin embargo, los que trabajan en la realización de un evento como Ebrovisión no solo valoran los días de desenfreno, sino que también disfrutan del camino recorrido hasta llegar a esa meta. Así ocurre con Imanol Serrano, un mirandés de 30 años al que "ver cómo se va dando cada paso de la preparación" le "llena", puesto que lo percibe como "algo muy bonito".
Serrano pone en valor toda la labor de producción que resulta imprescindible para Ebrovisión, más aún para una edición como la de este año. Según cree, "desde fuera se puede pensar que lo más importante son los grupos, pero puede ser hasta lo menos relevante a la hora de organizar un acto así". Para este joven mirandés, "la complejidad más grande está en todo el tema logístico, en el montaje de escenarios y de barras, o en el reciclaje y la gestión de residuos, porque la asociación está muy concienciada con este tema".
Aunque Serrano se alza como un ebrovisivo de pro, pues acumula muchos años siguiendo el festival, esta edición es la primera en la que se ha sumergido del todo en la organización. Según relata, decidió poner en manos de la asociación su propio esfuerzo "simplemente" porque le "gustaba la idea de potenciar Miranda en el sentido musical" y quería "formar parte de algo así". Unido a ello, recalca sin ningún atisbo de dudas que el proceso para desembarcar en el colectivo ha resultado sumamente "fácil y cómodo", pues, al margen del calor con el que le han recibido los fundadores, su entrada hace casi un año coincidió con la de Jorge Sola, con quien tiene una estrecha amistad.
Serrano explica que como miembro de la asociación ha asumido "más responsabilidad" y ayudará "en lo que pueda", pero reconoce que por ahora todo fluye, entre otras cosas, gracias a "la experiencia de los veteranos", quienes les guían, enseñan y acompañan.