La construcción coge ritmo en Aranda de Duero. Entre las promociones que ya se encuentran en marcha y otras tantas que hay anunciadas, la capital ribereña sumará más de 420 viviendas nuevas en los próximos años. En el sector destacan que se trata de una cifra significativa que permitirá aliviar la escasez de pisos que se ha agravado en los últimos años a la espera de que se aprobase el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Para el vicepresidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción (Asecon), Eduardo López, este movimiento refleja el dinamismo de la ciudad y apunta que «no es un mal momento».En este sentido, considera que si «nos comparamos con otras poblaciones, donde no se ha retomado la actividad que hubo, nos podemos dar con un canto en los dientes».
En este momento, las promociones de obra nueva se reparten por diversos barrios de Aranda, con especial auge en la zona norte y de todo el área junto a las estaciones de ferrocarril y autobuses. «Hay mucha demanda», remarca Juan Carlos Ubis, de la inmobiliaria Ubis. A su juicio, «el gran problema es que no hay vivienda nueva, por eso han subido tanto los alquileres» y también se ha dado salida a una cantidad considerable de pisos de segunda mano. En esta línea, añade que la inmensa mayoría de lo que se construye se vende. En su caso, la promoción de 40 pisos que han comenzado a construir en la calle Ruperta Baraya y que prevén entregar en diciembre del año que viene, supera el 50% adjudicado. También hay movimiento en San Francisco y Fuenteminaya y se prevé que lo haya en Eugenio de Aviraneta, muy cerca del asilo, donde la Junta de Castilla y León construirá 38 viviendas que destinará al alquiler social para jóvenes.
En cuanto a los compradores, el grueso son jóvenes a partir de 30 años que «empiezan a independizarse o a formar una familia», segúnLópez, quien añade que «el que está dispuesto a vivir aquí compra un piso porque con el dinero del alquiler afrontan la hipoteca». También la gente de los pueblos suele adquirir vivienda en Aranda, sobre todo, porque en la capital ribereña cuentan con los servicios que muchas veces no se dan en el medio rural y «dependen de sus familiares para realizar determinadas gestiones», como agrega el vicepresidente de la patronal Asecon. A ellos, Ubis suma el goteo constante de inversores de Madrid que ponen sus ojos en Aranda buscando una rentabilidad a sus ahorros o bien personas que mantienen sus raíces en la comarca y que, aunque viven fuera, invierten en vivienda para regresar cuando se jubilen.
En lo que respecta a los precios, Ubis indica que el metro cuadrado ronda los 2.000 euros y que la mayoría de los pisos a estrenar rondan los 100 metros y tres habitaciones. Ahora bien, ambos coinciden en que resulta fundamental que estos planes se materialicen. «Estas viviendas nuevas serán un desahogo, pero hay que hacerlas porque el tema del alquiler está muy complicado», defiende Ubis. También sostiene que «es muy importante construir para que pueda venir gente de fuera a trabajar», ya sea por el dinamismo del tejido industrial, el nuevo hospital, los bancos...
Falta mano de obra. Pese a todo, no las tienen todas consigo. López advierte que «el personal escasea» y esto provoca que «las obras se alarguen». De hecho, en sus promociones no se atreve a establecer plazos. Además, lamenta que «la Administración tampoco ayuda y tramitar algo en el Ayuntamiento implica armarse de paciencia».