La oleada de robos en Miranda golpea a 4 bares y 3 pisos

A.B. / Miranda de Ebro
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El último asalto ha tenido lugar en la cafetería de un hotel situado a unos metros del cuartel de la Guardia Civil. Una de las viviendas está en pleno centro y las otras se encuentran en la calle Francia

El cuartel de la Guardia Civil (al fondo en la imagen) se encuentra a unos pocos metros de la última cafetería afectada. - Foto: A.B.

Miranda ya tenía un balance bastante negativo en el primer semestre de este año en cuanto a los robos con violencia, asaltos a viviendas y establecimientos, hurtos y sustracciones de vehículos, puesto que entre esas categorías penales el Ministerio del Interior contabilizaba cerca de 200 casos.Con la llegada del verano, una sensación de calma parecía asentarse. Sin embargo, la ciudad del Ebro acaba de vivir una semana negra. Y es que a los dos robos que ocurrieron en la madrugada del domingo y del lunes en establecimientos hosteleros, se ha terminado sumando otro par de casos en bares durante las jornadas posteriores. Es más, la oleada de asaltos ha acabado afectando incluso a viviendas, ya que, según fuentes cercanas a las víctimas, los ladrones la han tomado también con tres pisos en cuestión de días. 

El último robo del que se ha tenido constancia en Miranda tuvo lugar durante la madrugada del jueves al viernes en la cafetería de un hotel situado en la N-I, apenas a unos metros de distancia del cuartel de la Guardia Civil. Según quedó reflejado en el sistema de seguridad de este establecimiento, el reloj marcaba las 3.26 horas cuando los ladrones reventaron la luna de la entrada principal -desde la que se ve la sede de la Benemérita- e hicieron lo propio con el cristal de la puerta interior. Una vez que se encontraban dentro del local, apenas tardaron unos minutos en destrozar las máquinas de tabaco para llevarse el dinero en efectivo.Fue tal su velocidad que los agentes de la Policía Nacional no se toparon con ellos pese a que las patrullas aparecieron a las 3.33 horas en el lugar de los hechos.

Los asaltos a viviendas, en cambio, han afectado a inmuebles situados bastante lejos de allí. También de madrugada, pero en la del miércoles al jueves, un grupo de ladrones entró en hasta dos pisos del mismo bloque de la calle Francia, entre las calles Ciudad de Vierzón y Vicente Aleixandre, para llevarse objetos de valor. Por su parte, el tercer apartamento afectado por esta oleada de robos se encuentra en pleno centro.Precisamente, este otro hecho delictivo ocurrió en la misma franja horaria y en la misma zona que el robo en un bar. En la noche del martes un grupo de personas reventó la luna de un establecimiento de la calle FranciscoCantera para adueñarse del dinero en efectivo y alguien también hizo lo propio en una vivienda de esa céntrica área.

El modus operandi de los ladrones que están actuando en la ciudad del Ebro últimamente, al menos en el caso de los negocios de hostelería, siempre es el mismo. Aprovechan la oscuridad de la noche para acercarse al cristal de algún bar y destrozarlo con objetos contundentes. Tras ello pasan al interior con el objetivo de robar dinero en efectivo que en ocasiones está en la caja registradora, otras veces se encuentra en la máquina tragaperras o, como en último suceso conocido, se extrae de la expendedora de tabaco.

La forma de actuar en los acontecimientos de esta semana recuerda, y mucho, a la del ladrón que fue detenido por la Policía Nacional de Miranda en noviembre del año pasado. Por aquel entonces los agentes pusieron las esposas a un sujeto porque presuntamente había asaltado cuatro locales de hostelería en apenas dos meses. Para ello, según el comunicado que publicó el Cuerpo en aquellas fechas, el individuo solía fracturar los cristales de las puertas de acceso de los bares y, una vez lograba pasar al interior, forzaba las máquinas tragaperras para apropiarse del dinero en efectivo antes de salir huyendo.

Ahora bien, en realidad, ese modus operandi no solo ha sido propio de aquel ladrón detenido en noviembre de 2023. En agosto de ese mismo año ya se registraron sucesos bastante similares, pero la propia Policía Nacional aseguró que la autoría era diferente a la de los hechos posteriores. De una forma u otra, lo cierto es que tiempo después este tipo de casos volvieron a repetirse en Miranda, hasta que en mayo de este año cesaron con el último asalto a un negocio situado en la calle Francia. Entonces llegó el verano, y con él la calma. Una calma que ahora se ha roto con estos siete robos en apenas cinco días.