La última reunión de los representantes sindicales con Renfe ha tenido buenas noticias para los trabajadores, puesto que la compañía por fin ha comunicado fechas concretas sobre la limpieza de la nave calcinada el pasado marzo, en su taller de remolcado de Miranda. El presidente del comité de empresa, José Antonio Barahona, avanza que a primeros de octubre, «en principio el día 7», se empezará a eliminar el amianto en ese pabellón. Además, la dirección les ha confirmado que «el perímetro no está contaminado», por lo que se garantiza la seguridad de los operarios, tal y como se había cuestionado por la Inspección de Trabajo, que mandó vallar el recinto para evitar el tránsito de personas mientras no se realizara una comprobación alrededor del área afectada por el incendio.
Barahona reconoce la satisfacción por este anuncio porque se destraba este asunto, que colea desde el 12 de marzo cuando de madrugada la llamas acabaron con la nave de rodaje. «Por lo menos hemos avanzado y es un tema importante», afirma el representante del sindicato Semaf, quien indica que en un par de semanas comenzarán con la limpieza del interior y también con la retirada de la uralita que permanece en el techo «para que no quede nada», apunta el presidente, puesto que el tejado no desapareció por completo a consecuencia del fuego y aún hay una parte que se conserva pese a estar dañada.
Además, en el comité valoran el hecho de que las zonas más próximas al pabellón afectado no estén contaminadas. Esto permitirá mejorar en otros aspectos, ya que hay que recordar, por ejemplo, que Renfe adquirió un equipo de más de 600.000 euros, que en principio iban a colocar en una nave gemela, justo al lado de la que se quemó. Con su instalación, el taller de Miranda ganará en competitividad «y esperemos que coja un poco de ritmo», desea Barahona, en un asunto, el de la carga de trabajo para la plantilla, que siempre está en el cuaderno de reivindicaciones sindicales.
En el comité, los representantes también aprovecharon para cuestionar a la empresa por otros asuntos, como los movimientos del personal y los planes para unificar sus dos bases de mantenimiento, para centralizar toda la actividad en el taller de motor. Sobre los recursos humanos, Barahona indica que la compañía aún está cerrando procedimientos con la previsión de que concluyan en 2025. Aun así, «a datos de 2024 lo cerramos en positivo», matiza Barahona, quien detalla por ejemplo que en la plantilla de maquinistas con las salidas y entradas por movilidad, el número de trabajadores se mantiene, «aunque hemos conseguido que venga gente de Miranda para que poco a poco aumente el porcentaje y así garantizar el futuro», recalca.
Más allá de los maquinistas, Barahona reconoce que sí que se necesita mejorar en el personal de los propios talleres y en los interventores. En este último aspecto, el presidente afirma que prevén alguna incorporación más antes de final de año, por lo que esperarán a ver cómo se desarrolla el último trimestre para hacer una valoración más certera de cómo queda la radiografía del personal de Renfe en su base de la ciudad.
Otro de los puntos pendientes tiene que ver con el proyecto de unificar los talleres. «Todo eso va lento», afirma Barahona, quien añade que el traslado del Centro de Competencias Digitales a uno de los edificios de la base de remolcado también sigue su curso sin que haya fecha para saber cuándo dejan la oficina que ocupa LogiRail en el polígono de Bayas.