Laura Montes Alonso emprendió recientemente una nueva aventura laboral y vital. En septiembre pasado se trasladó a vivir a Estrasburgo, monumental e histórica ciudad del noreste de Francia limítrofe con Alemania.
Graduada en Estudios Internacionales por la Universidad Carlos III de Madrid, con máster en Desarrollo Internacional y Cooperación por la Universidad de Maastricht (Holanda), comenzó en prácticas en el departamento de Coordinación de Programas del Consejo de Europa, concretamente en un plan que se desarrolla desde hace años en la región de Los Balcanes y en Turquía "que tiene como objetivo reforzar los sistemas judiciales y de lucha contra la corrupción en esos países, así como mejorar la libertad de prensa y combatir la discriminación", señala esta fagotista (estudió diez años música en el Conservatorio de Burgos y en el Amaniel de Madrid, especializándose en el fagot).
Y desde hace unos días ya trabaja con contrato en otra área del Consejo. "Ahora, en el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes (CPT)", concreta ilusionada.
Alumna del Colegio del Círculo Católico de los 3 a los 18 años, esta experta en cooperación y relaciones internacionales trabajó cinco meses en Bruselas (Bélgica) en la fundación United Europe y otros diez en Túnez con la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo.
Lo que más le gusta de su labor es "poder estudiar la realidad de otros países, tratar de entenderlos, leer muchos informes... y a la vez debatir las vías de mejora. Trabajar en un ambiente multicultural es muy enriquecedor, porque te expones cada día a maneras de vivir y entender el trabajo (y el mundo) muy distintas a las tuyas. Hay que estar al día también en sostenibilidad, derecho internacional, desigualdad, economía...", afirma, al tiempo que añade como lo menos agradable de estar en cooperación internacional "el que para poder evaluar muchos proyectos tengan que pasar años; así como la alta competitividad profesional y la precariedad laboral".
Inquieta y viajera, enfoca el ocio hacia el arte y la cultura, sin descuidar las relaciones sociales y probar nuevos restaurantes. Aunque por ahora se encuentra en segundo plano, no descarta volcarse algún día en la música, la pintura, el teatro...
Laura Montes tiene raíces y recuerdos atesorables en Los Balbases y en Valtierra de Riopisuerga, habla inglés y francés, y está estudiando árabe.
Confía en que su recorrido en este campo sea largo y en proyectos en los que crea. "Espero, así mismo, poder ejercer la cooperación al desarrollo y/o la ayuda humanitaria sobre el terreno, que es muy distinto que desde una oficina. No tengo preferencia sobre el lugar, pero me interesa particularmente la región MENA (Middle East and North of Africa -Oriente Medio y Norte de África-). También me gustaría América Latina", señala.
Vive con la mente volando por el mundo, por el lado donde luce menos el sol, pero con el hilo de la cometa asido a su tierra y sus mejores recuerdos: "Echo de menos el Mercado Sur, las verduras de las huertas de mis padres, el pintxo pote con mis amigos los jueves, las comidas en Los Balbases con mi peña y los paseos con mis amigas del pueblo, la morcilla, las bravas de la Mejillonera... Pero ahora está encantada en su nuevo reto y desea poner su granito de arena para lograr un mundo mejor, más justo y libre.
POR ENCIMA
El Consejo de Europa es un organismo formado por 46 Estados y 700 millones de ciudadanos. Su objetivo principal: "Promover la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho en Europa y en el mundo". Ahora, su prioridad es "apoyar a Ucrania frente a la agresión rusa y abogar por la rendición de cuentas y la justicia". Se creó en Londres en 1949 y tiene su sede en Estrasburgo, una ciudad, en palabras de Laura Montes, "preciosa, con ambiente joven y gran oferta cultural y gastronómica". Tiene 850.000 habitantes.
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