El pintor de la Catedral

I.L.H. / Burgos
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Fran Herreros ostentará ese título durante el año y medio que continuará pintando el interior y el exterior del templo como parte de un proyecto artístico, el primero que se hace en la Seo en directo y de manera continuada. El proceso acaba en 2026

El burgalés lo define como «el reto más importante» de su vida. Acude por la mañana y además de pintar, recibe a amigos y charla con los presentes. - Foto: Roger Roque

El Papamoscas y Fran Herreros compiten estos días en el número de instantáneas que los turistas se llevan de recuerdo. Reunidos en la misma zona de la Catedral, los dos dejan al visitante con la boca abierta: el primero como un acto reflejo al ver al autómata abrirla para tocar las horas y el segundo por la actividad frente al lienzo, pintando en directo el templo que ellos recorren. «No he sido consciente hasta ahora de la cantidad de gente que visita la Catedral. ¡Es increíble! Pensaba que iba a estar solo pintando. De verdad. Pero estos meses es una locura. Eso sí, la gente es muy educada y respetuosa con mi trabajo», afirma un sorprendido artista que, ante las numerosas interrupciones que los comentarios de los turistas le generaban, desde hace unos días ha decidido abstraerse con unos cascos: «Si no lo hiciera así, no conseguiría avanzar».

El pintor burgalés lleva desde junio pintando a diario la Catedral, y desde enero haciéndose a la idea de a lo que se enfrentaba:un proyecto que le mantendrá vinculado al templo durante dos años y que culmina con una exposición y un documental en el que se muestre el trabajo hecho y el proceso creativo. Cuando se puso manos a la obra a primeros de año, al principio solamente paseaba a distintas horas para observar la luminosidad, mirar con otros ojos lo evidente y dejarse sorprender por detalles que no siempre vemos. «Yo soy un pintor abstracto entre comillas y para este proyecto quería contar la Catedral desde lo emocional sin dejar a un lado lo figurativo. Así que empecé realizando apuntes, bocetos, escritos... leí mucho sobre quién había pintado el templo, cuántos cuadros se han hecho, qué colores se han utilizado, etc. Así estuve cuatro o cinco meses. Y a partir de junio empecé a pintar».

En el trascoro lleva instalado los últimos días, lienzo, caballete y pinceles en mano. «La Catedral cada día es diferente. Tiene una luz distinta», afirma frente a un cuadro a medio hacer con al rosetón como elemento principal. En él predomina el rosa fucsia, uno de los colores  clave de la paleta de Fran Herreros. Intenso, luminoso y llamativo, define buena parte de su obra abstracta y ahora lo hace en los lienzos figurativos sobre la Catedral. Aunque al principio no era esa su intención: «La interrelación con el público está siendo fundamental. Soy un pintor solitario, pero la presencia de la gente me ha hecho ver otros aspectos de la Catedral. Y su opinión también me influye, como con los colores. Soy de por sí de tonos muy intensos, pero según hablaba con ellos he ido subiendo las tonalidades. Al principio eran más suaves y, con las conversaciones mantenidas, he trabajado mucho el color. Es curiosísimo».

(Más información, en la edición impresa de este sábado de Diario de Burgos)