El Ayuntamiento de Miranda acaba de aprobar su proyecto de tasas e impuestos para 2024, con la principal novedad de que subirá el IBI a las grandes empresas. Después de este trámite, se embarcará en el diseño del Presupuesto, donde deberá reflejar los ingresos esperados. Para ello, tomará como referencia la ejecución de este año y el desarrollo de los anteriores, que, según figura en el sistema contable del propio Consistorio, no ha sido muy bueno. Y es que las previsiones de recaudación han estado bastante por encima de las cuantías que finalmente han entrado a las arcas. Solo en estos tres últimos cursos ha habido un desajuste negativo de 5 millones de euros.
Sumando los principales impuestos desde 2021, la Concejalía de Hacienda, dirigida por la edil socialista Matilde Fernández, ha previsto que se iban a ingresar más de 54,7 millones de euros. Sin embargo, la recaudación neta no llega ni a los 49,7 millones. Solo este año, el Ayuntamiento tiene un agujero de 2,45 millones, contando los 10 tributos más relevantes, entre los que están el IBI, IAE o el de coches. Algunas, como la tasa de aguas o la de la zona azul, crecerán en el último trimestre, pero incluso excluyendo estas, el desajuste se acerca a los 1,8 millones.
Se trata de un dato muy similar al agujero generado si se comparan las previsiones y la recaudación de 2022. Por aquel entonces, el desajuste global de los diez principales impuestos superó los 1,87 millones de euros. Un poco mejor se hizo el cálculo en 2021, aunque tampoco se acertó del todo. En ese ejercicio, se registró una diferencia cercana a los 800.000 euros.
Cada año se repite la misma tendencia. Y no solo en el dato global, sino que también hay impuestos en los que individualmente casi nunca se llega a ingresar lo esperado por Fernández y su equipo. En concreto, las cifras más sangrantes las presentan las plusvalías, seguidas tanto por el IBI como por el IAE. El primero de estos tributos tiene un agujero de 800.000 euros este año, dado que se presupuestó esa cantidad y todavía no se ha ingresado ni un solo euro. Un año antes, se recaudaron 775.000 euros menos de lo previsto y en 2021 el desfase superó los 320.000 euros.
Por su parte, el IBI este curso aún tiene una carencia de 216.000 euros en su recaudación neta, lo cual supone una mejoría respecto a los periodos previos porque en 2022 el agujero ascendió hasta los 400.000 euros y en 2021 a los 340.000 euros. Solo el Impuesto de Actividades Económicas ha contado con un balance positivo alguna vez en este tiempo. Fue hace tres ejercicios, cuando recaudó 100.000 euros más de lo esperado. En cambio, en 2023 acumula un desajuste de 320.000 euros y en 2022 alcanzó los 420.000 euros.
Estas tres figuras tributarias se alzan como las que lideran la tabla en lo que a desfase se refiere, pero otras tantas acumulan igualmente una negativa tendencia que no se ha solucionado en ninguno de los presupuestos desde 2021. Por ejemplo, la Concejalía de Hacienda ha fallado sistemáticamente al prever tanto el impuesto de vehículos, como el de bienes rústicos, el de lonjas o la tasa de aguas, y, en repetidas ocasiones, el desajuste también se ha cebado con el ICIO o la recaudación por la grúa municipal.