El inquilino de la cafetería Espolón, rebautizado como Riviera desde su reapertura a mediados de junio, abonó ayer, tras la publicación por este periódico de los pagos pendientes del alquiler de los meses de julio y agosto, el importe de las rentas de estas dos mensualidades. Y no solo eso, logró también que el equipo de Gobierno vaya a impulsar una «modificación del contrato» para que, a partir de ahora, quede reflejado que los pagos de cada mes no tendrán que realizarse obligatoriamente en los siete primeros días de mes.
El edil Manzanedo, en su explicación, exculpa al hostelero y entona el mea culpa del Ayuntamiento ya que existe una «contradicción» entre lo que dicen tanto el pliego del concurso como el contrato y el aplicativo informático que se utiliza en Tesorería y que hace que el periodo voluntario de pago se prolongue durante casi tres meses.
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